Ningún mercado, ninguna moneda del mundo pudo escaparse del las consecuencias del desplome del Wall Street, el pasado 5 de febrero.
La bolsas de Tokio cayeron un 6%, mientras que las europeas abrieron con pérdidas del %.
El llamado “lunes negro” tuvo un efecto dominó en los mercados del mundo. La de Tokio fue una de las bolsas que más perdió durante la sesión (más de 4,71 por ciento). Su principal índice, el Nikkei, perdió más de 1.000 enteros, algo que no se recordaba desde 2016 con el brexit, y se veía arrastrado por el bajonazo de la víspera en el mercado de Nueva York, que marcaba su peor caída en puntos de la historia, en concreto 1.175 unidades.
El temor a un alza más agresiva de los tipos de interés en Estados Unidos que pueda repercutir en la inflación de la primera economía mundial llevó al Dow Jones a perder un 4,6 por ciento, hasta las 24.345,75 unidades.
Poco pudieron hacer los mercados asiáticos, que también sufrían la apreciación del yuan frente al dólar estadounidense, una temida tendencia que perjudica a los exportadores japoneses y que terminó por minar aún más el ánimo de los inversores.
El cóctel formado por la mala sesión de Wall Street y la subida de la divisa nipona ofrecía muchos motivos como para que el pesimismo recorriera los mercados asiáticos y alcanzaba también a las Bolsas chinas.
La Bolsa de Shanghái cerraba la sesión con una notable bajada del 3,35 %, equivalente a 116,84 puntos, para concluir en 3.370,65 enteros, en tanto que el otro mercado de valores de la parte continental de China, la Bolsa de Shenzhen, finalizaba la jornada con una fuerte pérdida del 4,23 % (458,64 puntos), hasta las 10.377,61 unidades.
Por su parte, el mercado bursátil de Hong Kong, otro de los principales de la región, cerraba con un desplome del 5,12 % y su índice referencial, el Hang Seng, se dejaba 1.649,80 puntos, hasta situarse en 30.595,42 unidades.
Esta es la mayor caída que experimenta el Hang Seng desde hace dos años y medio, en agosto de 2015, cuando retrocedió un 5,2 % en un solo día.
En Taiwan, el primer índice de su Bolsa, el TAIEX, caía 542,25 enteros en la sesión, un 4,95 por ciento, para situarse en los 10.404,00 puntos, y en apenas dos días se deja casi un 7 % de su valor bursátil.
El Gobierno taiwanés ha pedido serenidad a los inversionistas, aunque, por el momento, no activará el fondo de estabilización de la bolsa.
En Seúl, el indicador Kospi cerraba menos afectado que el resto de las grandes Bolsas asiáticas y se anotaba un retroceso de 38,44 puntos, un 1,54 por ciento, hasta situarse en los 2.453,31 enteros.
Entre tanto, las bolsas europeas moderaban sus caídas a media mañana, después de haber registrado fuertes bajones al inicio de la sesión con la vista puesta en el hundimiento que se produjo ayer en Wall Street, sin precedentes en los últimos diez años.
Las acciones europeas cayeron el martes a su nivel más bajo desde agosto del 2017 al profundizarse la ola de ventas en las bolsas globales e incrementarse la volatilidad en los mercados, en medio de crecientes preocupaciones por la inflación y un alza de los rendimientos de la deuda soberana.
El CAC-40 de la Bolsa de París cedió un 2,35 por ciento, el DAX de Fráncfort un 2,32 por ciento, el FTSE 100 de Londres un 2,64 por ciento, el FTSE MIB de Milán un 2,08 por ciento y el IBEX 35 de Madrid un 2,53 por ciento.
Por su parte, el Stoxx Europe 600, que sintetiza la marcha de 600 compañías de 17 países del Viejo Continente ilustraba esa evolución al situarse a esa hora en 375,99 puntos, lo que significaba un descenso del 3,2 por ciento.
En los primeros minutos de la negociación, había llegado a caer hasta los 369,77 puntos, lejos del pico de 403,72 que había alcanzado el 23 de enero. Desde aquella fecha, las acciones europeas han perdido en su conjunto más del 7 %.
Los mercados europeos seguían así la estela bajista de Wall Street y del Nikkei de Tokio, que había cerrado la pasada sesión con un descalabro del 4,73 %, el mayor en los últimos quince meses.
A la media mañana en los países europeos las bolsas europeas moderaron las pérdidas a media jornada y bajaban en torno al 2 %, tras haber caído con fuerza en la apertura por el temor a una subida de los tipos de interés EEUU.
Todos tenemos relación con la bolsa, dependiendo de lo que hayamos escogido en niveles de inversión. Para un ciudadano común, los efectos de la inestabilidad de los mercados internacionales, se pueden dar con en el aumento de la cotización las divisas como el dólar y el euro, con niveles difíciles de predecir.
Además, para quienes tienen empresas con actividades de comercio internacional no habrá mucha claridad sobre el precio de sus negociaciones futuras. Igualmente quienes vayan a viajar no podrán tomar decisiones con certeza sobre el precio de compra de la moneda extranjera.
El aumento de la tasa de cambio, a su vez tiene un efecto sobre la inflación ya que el grueso de los productos de consumo, por ejemplo, los alimentos que requieren del uso de fertilizantes importados, también verán un impacto en su precio. Ningún país, nigún ciudadano puede escapar del efecto dominó que las alzas o bajas del Wall Street tengo un “lunes negro”.
Vìa NAD/Diario República
www.diariorepublica.com