Un equipo de científicos extrajo antiguos microbios inactivos de los famosos cristales gigantes de las cuevas de Naica en México y los «revivió». En verdad, ya estaban vivos, ya que sobrevivieron entre 10.000 y 50.000 años gracias a los minerales presentes en los cristales.
Las cuevas de Naica se caracterizan por los enormes cristales blancos que se encuentran dentro de ellas. Se estima que estos organismos quedaron atrapados allí, en los cristales de yeso, y se las arreglaron para sobrevivir en condiciones adversas, alimentándose del hierro y el manganeso presentes en la superficie.
El hallazgo es otra demostración de la capacidad de la vida de adaptarse y sobrevivir en los ambientes más hostiles.
Los expertos involucrados en el descubrimiento explicaron que, si bien no es la primera vez que se encuentran organismos que han sobrevivido tanto tiempo, este es un hallazgo especial porque «son todos muy extraordinarios. No tienen una relación cercana con nada que esté dentro de las bases de datos genéticos que conozcamos», según explicó Penelope Boston, directora del Instituto de Astrobiología de la NASA.
Las cuevas de Naica son sitios de gran interés para los científicos que investigan a los extremófilos, que son los microbios que pueden prosperar en condiciones ambientales aparentemente imposibles; como el calor agobiante (que supera los 100ºC) o la ausencia de oxígeno.
Contaminación y minería
Las cuevas de Naica habían estado completamente desconectadas del mundo exterior durante miles de años, y de hecho así hubiera podido ser para siempre, si no fuera porque una compañía minera que realizaba perforaciones en la zona se encontró con ellas.
Por eso, mientras que el grupo comandado por Boston sigue analizando los microorganismos encontrados, otros expertos se preguntan: ¿Puede ser que la presencia de estos organismos sea el resultado de contaminación generada por las actividades de los investigadores o por la minería?
Según el equipo de científicos, la investigación siguió los protocolos necesarios para que esto no ocurra. La incidencia de la minería aún deberá ser investigada, pero según la líder de la investigación existen suficientes razones para negar que se trate de una contaminación accidental.
Como directora del Instituto de Astrobiología de la NASA, Boston está interesada en la relevancia de hallazgos como estos para la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta: «cualquier sistema extremófilo que estamos estudiando nos permite pensar en la posibilidad de vida más allá de la Tierra, y esto se añade al atlas de posibilidades que podemos aplicar a distintos sistemas planetarios», explicó a los medios. También agregó que muchos científicos sospechan que si hay vida en algún otro rincón del Sistema Solar, está probablemente bajo tierra, como ocurre con los microbios de Naica. Por eso, este hallazgo abre muchas más preguntas que respuestas.