«No tenemos indicios para pensar que haya terceras personas implicadas. Para nosotros la autoría es de Ana y lo hace siempre sola», fueron las declaraciones de este jueves de José Hernández Mosquera, teniente coronel de la comandancia de la Guardia Civil de Almería, sobre el caso de Gabriel Cruz, el niño de siete años que fue asesinado por su madrastra Ana Julia Quezada.
La mujer de nacionalidad dominicana »es una persona con una frialdad máxima (…) posesiva, egocéntrica», y «bastante manipuladora», detalló el comandante Juan Jesús Reina.
Como se recuerda, Gabriel Cruz era un niño de tan solo siete años, al que esta cruel madrastra le arrebató la vida. ‘El Pescaíto’, como fue apodado el infante por su gustos hacia los animales acuáticos, desapareció el pasado 27 de febrero al salir de casa de su abuela en Las Hortichuelas, en una zona montañosa y poco poblada de la provincia de Almería.
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Después de días y noches de búsqueda, el cadáver de Gabriel fue encontrado en la maleta del auto de Ana Julia, pareja del padre del niño, Ángel. La asesina fue inmediatamente detenida y el martes 13 rompió el silencio y confesó haberlo asfixiado.
En la rueda de prensa, el comandante Juan Jesús Reina señaló que la mujer tenía celos hacia Gabriel. «Para Ángel, el papá, Gabriel era lo más importante», explicó, ya que Ángel compartía con su hijo cada rato libre que tenía libre.
El caso de Gabriel Cruz coincide con un debate político en España sobre la prisión permanente revisable (cadena perpetua revisable), una figura introducida en el Código Penal en 2015 por el gobernante Partido Popular.
Permite en determinados casos (terrorismo, ciertos asesinatos) imponer una pena de reclusión de duración indefinida, revisable como muy pronto al cabo de 25 años entre rejas.
La oposición quiere ahora derogar esta disposición.
Diario República / El País