Más de medio millón de militares y milicianos venezolanos iniciaron este viernes el despliegue logístico en lo que serán dos días de ejercicios de defensa, bajo un estado de excepción y de esfuerzos internacionales por abrir un diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición.
Maduro ordenó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) sacar la artillería para prepararse ante una agresión externa, en medio de un aumento de la conflictividad social y de los intentos de la oposición por sacarlo del poder a través de un referendo revocatorio.
«Este referendo es para generar las condiciones para calentar las calles y justificar un golpe de estado o una intervención extranjera, para eso lo están intentado activar, con muy poco apoyo», afirmó Maduro la noche del jueves, en un acto de su partido socialista.
El presidente sostiene que Estados Unidos está planeando una intervención en Venezuela, a solicitud de la «derecha fascista venezolana», tras «el golpe de Estado de Brasil» contra Dilma Rousseff.
Los militares venezolanos harán unas maniobras como las que hicieron luego de que el presidente Barack Obama declarara en marzo de 2015 a Venezuela como una «amenaza» a la seguridad de Estados Unidos.
No obstante, esta vez, Maduro decidió que, a los más de 160.0000 efectivos de las FANB, se sumen cientos de miles de reservistas y milicianos, lo que las hace «sin precedentes», según el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López.
«Este ejercicio no es para causar ninguna alarma en el país», afirmó Padrino, al justificarlo señalando que Venezuela «está amenazada» por factores internos y externos que pretenden «quebrantar la revolución».
«Hacer estos despliegues con la excusa de las amenazas externas es una buena manera de demostrar que se tiene el músculo armado» y crear «temor en la gente», declaró a AFP el politólogo Benigno Alarcón.
Tras haber declarado hace una semana un estado de excepción, Maduro aseguró que no dudará en decretar la «conmoción interior» -que implicaría restricciones a libertades civiles- si ocurren hechos «golpistas violentos».
A la tensión política se suma el aumento del malestar social ante la aguda escasez de alimentos básicos y medicinas, y el elevado costo de la vida, pues el país petrolero tienen la inflación más alta del mundo (180,9% en 2015).
Una mediación internacional de expresidentes, a instancias de Unasur, anunció el jueves que intentará abrir un diálogo nacional ante el agravamiento de la crisis política y económica en Venezuela.
Pero de partida las posturas antagónicas están firmes. Maduro dijo esperar que la comisión de expresidentes haga que la oposición «ceda» en su «actitud golpista», mientras que ésta advirtió que un proceso serio debe destrabar la vía del revocatorio para el «cambio político».
Llamando a la prudencia, el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien encabezó la misión internacional en Caracas, consideró que el camino será «largo, duro y difícil», aunque dijo esperar que se pronto se establezca una agenda de negociación.
Vía AFP y AVN / www.diariorepublica.com