Ni una nube. El cielo marabino se mantiene más azul que nunca, salvo el chaparrón ‘instantáneo’ que cayó el pasado sábado en la noche y que absorbió la seca tierra en cuestión de minutos. Mientras, hospitales y clínicas comienzan a tomar medidas de emergencia por la falta de agua. “No hay agua” parece ser el cartel de moda en la ciudad, azotada por la sequía.
A una empleada del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM) le redujeron las horas de trabajo. “Ahora estaremos hasta las dos de la tarde, antes era hasta las cuatro. Esa medida la tomaron porque no tenemos agua”, dice la mujer, que decide no identificarse para evitar sanciones.
La mañana de ayer, los baños de una clínica del norte de la ciudad estaban cerrados “por falta de agua”, según informó el personal a una paciente. Medidas aparentemente insólitas para establecimientos de salud.
“Aquí me dijeron que no hay agua, pero por lo menos me le harán los exámenes a la niña”, dijo Ninoska González a las afueras del hospital Chiquinquirá. A Luis Montiel le cancelaron una cita en un odontólogo privado por el mismo problema. “No hay agua”, le explicaron.
Hidrolago apela a suministrar por cisterna a los hospitales. “Estamos en conversaciones con instituciones para traer unidades de más capacidad, de 30 mil litros aproximadamente, para abastecer a los centros de salud como el Coromoto, el Universitario, el Chiquinquirá”, explica Freddy Rodríguez, presidente de Hidrolago.
Usuarios de centros comerciales comentaron que durante el fin de semana, los sanitarios del Centro Sambil, Doral Mall y Lago Mall permanecieron cerrados. “En el Sambil, si hay dos baños en un piso, cierran uno y los van alternando”, dijo Manuel Marín, un usuario.
Los pronósticos metereológicos cuenca arriba de los Tres Ríos (Palmar, Socuy, y Cachirí) que surten a igual número de embalses (Tres ríos, Manuelote y Tulé) son, de momento, desalentadores. No hay nubes mientras el calor arrecia. Condominios completos quedaron secos y recurrieron a los camiones cisterna.
“Un señor vino a llenarme el tanque del edificio” dice Rosa Perea, de un edificio en Los Olivos, al oeste de la ciudad “y me cobraba Bs. 3.200. Estábamos haciendo la negociación y pasó un joven en un carro ofreciendo Bs. 5.000 y el camionero se fue”, comentó molesta mientras negociaba con otro, por Bs. 3.500. La subasta de un producto vital.
“Urge la aprobación de la ordenanza municipal. La Cámara se ha reunido varias veces y no la ha actualizado, y así es difícil aplicar leyes y sanciones. Es necesario que los concejales, que fueron a Tulé a constatar la situación, se dediquen a ese tema”, recalca Rodríguez.
“Cuando le toca llegar, según la nueva distribución que dijeron, llega una ´migajita´dice Richard Fuenmayor de la urbanización Nueva Democracia. “Los camioneros te piden Bs. 30 por una pipa, el doble de lo que deberían cobrar, un abuso”, observa camino a casa.
El gobernador Francisco Arias Cárdenas admitió, el martes pasado, la posibilidad de un decreto de emergencia hídrica en el Zulia. Doce embalses se encuentran en niveles críticos en todo el país, en un ciclo seco que afecta no solo a Venezuela sino también a Colombia y con la amenaza de enfrentar al fenómeno de “El Niño” en el último trimestre del año”, en lo que llamarían los médicos un “pronóstico reservado”.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com