El deporte zuliano sufrió otro golpe mortal con el saqueo, este miércoles 24 de mayo, de las instalaciones de la sede del Instituto Regional de Deportes del estado Zulia (Irdez), ubicado en la avenida Padilla de Maracaibo.
Después del saqueo incendiaron lo que quedó en pie y todavía, la mañana de este jueves, ardía el interior del edificio y el humo salía por las ventanas.
Según señalaron los trabajadores que esperaban la llegada de los bomberos, se llevaron todas las computadoras, impresoras y material de oficina.
Ingrid Dugarte, directora del Irdez, señaló que todavía no puede emitir cifras sobre el daño causado. “El Cicpc está haciendo las evaluaciones respectivas y nos recomendó no entrar todavía a la instalación. Sería irresponsable señalar cuánto se perdió, pero sabemos que es mucho pues todo el material deportivo se compra en dólares. Nos da mucho dolor este nuevo atropello porque es un ataque directo a los atletas que, por lo general, son personas de escasos recursos y necesitan mucho este material para su formación”, puntualizó Dugarte.
Señaló la autoridad deportiva que, aparte del material de oficina, computadoras e impresoras “también se llevaron dos bicicletas de alto rendimiento asignadas al bicicross, balones, guantes, pitos y una parte del sistema de alumbrado que le faltaba al ‘Pachencho´ valorado en miles de millones de bolívares. El costo de todo es impreciso hasta los momentos, pero sabemos que es muchísimo”, recalcó.
Funcionarios de Cicpc, junto con fiscales del Ministerio Público, recabaron pistas e hicieron las evaluaciones respectivas frente a la sede del instituto, donde la avenida fue convertida en un escenario de guerra, con casquillos de bombas lacrimógenas y de perdigones regados por todos lados.
El ataque a la sede del Irdez fue parte del saqueo e incendio general efectuado la noche del miércoles y madrugada de este jueves a otras instituciones como el Centro Rafael Urdaneta, Ministerio de la Vivienda, Defensoría del Pueblo y la Oficina de Asuntos Indígenas, hecho que se suscitó tras la muerte de José Adrián Duque Bravo, residente de las Torres del Saladillo, que había caído en las protestas que desde tempranas horas del día se escenificaron en el sector.
Esta instalación ya había sido saqueada en 2014 cuando se presentó una situación similar con disturbios y protestas.
Según algunos trabajadores, en esta ocasión, la acción ya había sido anunciada por los manifestantes que constantemente cierran la avenida para protestar. “Esta información la conocían todos los trabajadores y directivos del CRU y del Irdez, porque los manifestantes lo habían gritado en la calle varias veces, pero no sabemos por qué no se tomaron medidas de resguardo. Fue un saqueo anunciado”, dijo un empleado sin dar su nombre.