A múltiples ‘torturas’ son sometidos los usuarios del Terminal de Pasajeros de Maracaibo que buscan salir de la ciudad por la temporada vacacional. Las instalaciones insuficientes y los altos precios de los servicios adicionales a los boletos son algunas de las ‘pruebas’ que enfrentan los viajeros.
Una botella de agua mineral, de 250 ml, cuyo precio está regulado en Bs. 4,46 se vende en la estación de pasajeros en Bs. 15, 200% por sobre su valor. La de 600 ml, que se ubican por ley en Bs. 10,54, la venden en Bs. 30, dos veces su precio.
“Es terrible”, dice Olga Longart que viaja a Caracas. “Me dijeron que el pasaje costaba Bs. 400 y cuando me fui a subir me dijeron que el autobús cambió y como este es mejor, cuesta Bs. 450”, señala. “No comí, porque todo es carísimo y no se ve bien la comida”, expresa.
Juan Pérez llegó de Coro. “Un familiar me viene a buscar, y estoy esperando. Por un pastelito me cobraron Bs. 25, así que un desayuno para mí y mi esposa me costó Bs. 210”, explica el viajero.
De noche, la terminal da el frente a una boca de lobo. El tramo de inicio de la avenida Las Delicias, desde la iglesia La Milagrosa hasta el distribuidor Lossada (sobre la avenida Libertador), está totalmente a oscuras.
“Un peligro total. Te vas de vacaciones y tienes que enfrentar este riesgo. Del hampa, del personal de las líneas, de la lotería de cuál autobús te va a tocar. Maracaibo merece un terminal mejor”, dice Mario Urribarrí al pie de un expreso (sin ninguna identificación), que lo llevará a Maracay (Aragua).
“La próxima semana ya haremos la reunión de todos los años con los entes involucrados en seguridad y protección al usuario. Ya quedará de esos órganos inspeccionar y aplicar las sanciones, aunque ha pasado que la especulación se produce en negocios informales que no tienen registro, y es más complejo aplicar las sanciones”, explica Alfonso Romero, director de la Terminal.
“Ya es normal”, se resigna Ángela López, quien pasa por el terminal todas las semanas camino a Perijá. “Uno se va a acostumbrando a lo que consiga. La semana pasada me cobraron Bs. 20 por una compota”, agrega buscando el bus que la lleve a Machiques.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com