Una mujer identificada como Maritza Rafaela Urdaneta Vielma ordenó la muerte de su exconcubino, Eduardo Emiro Clavel, trabajador de la industria petrolera.
El hecho se registró en Tía Juana, en la Costa Oriental del Lago. Eduardo, a las 2:00 pm del último día de 2017 avisó, por teléfono: “Estoy arreglando un caucho”. El 1 de enero encontraron el carro en Cabimas. Estaba parcialmente desvalijado.
El 3 de enero, denunciaron formalmente la desaparición. De la casa de Eduardo, en Tía Juana, se perdieron varias cosas. “Hubo signos de que alguien había entrado a robar”, indicaron fuentes del Cicpc.
Las pesquisas apuntaron a Maritza, con quien Eduardo había tenido una relación, descrita por los parientes de Clavel como “peligrosa, tormentosa para todos”. Se habían separado. La buscaron para interrogarla.
Los funcionarios afirmaron que Urdaneta se contradijo y el lunes en la madrugada confesó el crimen.
“Delató a sus cómplices: Jesús Enrique Castellanos González, apodado “El Jesús”, y Denniel José Ortiz Chirinos, apodado “El Nenuco”.
Este último hampón reveló donde enterraron el cadáver: en una zona enmontada del sector La Plata, en Simón Bolívar. Le cortaron las piernas. “El Jesús” cáyó abatido.
“Cuando terminaron Eduardo logró que le diera a esa mujer una orden de alejamiento. Rehizo su vida, pero ella no lo aceptó”, comentaron allegados. “El detonante sería que Maritza se enteró que salía con otra”, agregaron.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com