Pagaron justos por pecadores en la balacera que ejecutaron cuatro sujetos contra un grupo de personas a las ocho de la noche del domingo en la calle 95B-1 del barrio Arco Iris, al oeste de Maracaibo. Lo que allí ocurrió fue una verdadera masacre. Los pistoleros actuaron con la libertad que les permitió la falta de patrullaje por esas barriadas, aseguraron vecinos del sector.
Desde el retén El Marite, un reo conocido como “Carne molía” y de quien se dice es “Pran” del pabellón B, ordenó disparar contra estos hombres en venganza por el asesinato la noche anterior de uno de sus parientes, Oscar Enrique Briñez Araujo (19), en otra balacera ocurrida 24 horas antes y donde además salieron heridas cuatro personas.
Pero antes de ese atentado en el barrio Arco Iris, a eso de las 3:30 de la tarde ya habían dado inició al plan de venganza acabado con la vida Olimpiades León”, dentro de su casa en la calle 81 del barrio Los Ríos.
Se trata de un enfrentamiento entre bandas pero la mayoría de las víctimas resultaron ser personas que nada tenían que ver en la pugna que mantienen miembros de la banda “Los Pajaros” y de “Carne molída”.
Las balas que acabaron con cinco hombres la noche del domingo estaban destinadas a un sujeto identificado como Pedro León Navarro, alias “Pedrito”, al parecer familiar de Olimpiades y también buscaban liquidar a alias “El Peluo”. A estos dos, el mencionado recluso los señalaba como responsables de la muerte de Briñez.
La balacera donde murió este joven se registró a las 9:30 de la noche del sábado en el barrio Felipe Hernández, específicamente frente a una residencia de un sujeto apodado “El wuayú” y donde se celebraba el cumpleaños de un primo de Briñez Araujo.
La víctima murió pocos minutos luego de ingresas al cuerpo de bomberos de La Rotaría a donde lo llevaron en un camión 350 para salvarle la vida. En ese mismo tiroteo resultó gravemente herida su pareja, Mariangeli de La Cruz (17), una mujer embarazada, un adolescente y otro primo de Oscar Briñez, identificado como Yandri Villalobos Sánchez.
La abuela del asesinado dijo ayer en la sede del cuerpo de bomberos que “El Pedrito” disparó desde una moto al grupo de personas y que “El peluo” lo seguía en un auto Dodge Dart. Aseguró que el pistolero intentaba matar a “El wayu” porque estaba vivienda con su ex mujer.
Fuentes policiales contrariaron esa versión y aseguraron que la balacera obedeció a un enfrentamiento entre bandas.
En efecto, la noche de ayer domingo quedó demostrada esa hipótesis según las primeras investigaciones realizadas por funcionarios del Eje de Homicidios del CICPC. Dos delincuentes conocidos como “El feo” y “Yandel”, recibieron órdenes de “Carne molía” para cobrar venganza.
Desde las cuatro de la tarde del domingo un grupo como de ocho personas se congregaron al final de la mal trecha calle 95B- 1 del barrio Arco Iris. Varias frondosas matas de nin atraían con su sombra los fines de semana a vecinos de varias barriadas. El fin era principalmente ingerir licor y jugar dominó. Eso era lo que hacían estas personas cuando cuatro desconocidos a bordo de dos motos les comenzaron a disparar. Presumen los del CICPC que los pistoleros creían que en el grupo estaban “El pedrito” y “El peluo” o que algunos de estos pertenecían a la banda “Los pájaros”.
“Yo estaba preparando la cena cuando escuche el estruendo. Fueron muchos balazos y sucedió como en cinco minutos. Sin piedad dispararon contra esas personas. Cuando salí, vi a dos tirados frente a mi casa y otro como a diez metros. Dos murieron allí y uno lo llevaron al hospital. A un señor que pasaba en un carro también le dieron un tiro. Fue horrible, nunca en mi vida vi algo así…me temblaban las piernas”, dijo una mujer que reside frente a lo que fue el mortal escenario.
Esta mañana se conoció que los dos hombres que murieron en el sitio fueron Yordano José Flores Sánchez (28) y Darío Segundo Rosales (43). El primero reside en el barrio vecino de nombre El Hoyito y había llegado en una moto que le entregaría allí mismo a un amigo. Sus parientes informaron que Yordano tenía una hija pequeña y hoy comenzaría como operador de un Metrobus en la ruta C-2. De la otra víctima que murió en ese lugar, su esposa, Sigi Reyes, dijo llorando frente a la morgue forense que su marido Darío pasaba en ese momento por ese lugar pues se dirigía a su casa en el barrio Villa Esperanza. “Le dieron como siete balazos porque corrió al escuchar los disparos. Era padre de nueve hijos, una de ellas discapacitada y lo del era trabajar para ellos. Vendía botas de forma ambulante en varias partes del Zulia. Se iba los martes y regresaba los jueves”.
Otros dos heridos fueron llevados a diferentes centros asistenciales. Uno de estos, Raúl René Troconis Urdaneta, gandolero de 62 años, iba a bordo de su auto Deadwood Cielo. Uno de sus parientes dijo que un amigo lo conducía y habían ido a casa de uno de sus amigos a buscar la caja de herramientas pues hoy lunes se iría de viaje. Cuando se dirigían a su residencia en el sector Lilia Perozo de Zambrano del Integración Comunal, se encontraron de frente con el tiroteo. El conductor del Cielo retrocedió y uno de los pistoleros lo observó y comenzó a dispararle. Una bala impactó a Troconis en la región intercostal derecha y su amigo lo llevó al hospital Materno de Cuatricentenario peor llegó sin vida.
El quinto herido resultó ser Kervin José Guerra Ferrer (30), conocido como “El Flaco” y también residente del barrio El Hoyito. A este lo condujeron al Hospital Universitario de Maracaibo y murió esta madrugada.
Testigos de la masacre dijeron haber escuchado cerca de treinta detonaciones. Funcionarios del CICPC recolectaron varios de los casquillos del suelo y sacaron algunos que se incrustaron en una de las matas de nin.
En total fueron seis los hombres asesinados a mansalva en un cerrar y abrir de ojos al mismo estilo de las películas norteamericanas de pandilleros. Los sicarios actuaron a su libre albedrío sin importarles nada. Una joven madre dijo que afortunadamente no estaba con sus tres hijos afuera de la casa porque si no le hubieran matado a uno de los niños o a ella. “Antes de la balacera salí al frente de mi casa y uno de los que estaban reunidos bebiendo me dijo chismosa. Por eso me metí de nuevo. En la casa había cuatro niños, entre estos mi bebé de cuatro meses. Como a las ocho escuche el tiroteo y me puse a temblar. Al rato salí otra vez y me encontré con esa horrible escena. Había sangre y casquillos por todos lados. Fue un terrible. En pocos minutos llegaron familiares de algunas víctimas y luego lo hizo el CICPC. He visto cosas feas por este barrio pero no como esa matanza”, relató la testigo.
Las autoridades del CICPC dicen tener casi resuelto el caso y se espera que en las próximas horas den con los asesinos.
Vía Ultimas Noticias
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