En una desgarradora carta, Marlene Rodríguez —madre biológica— de Santiago Allio tuvo su primer acercamiento luego de 24 años sin saber nada de él. Con su puño y letra, la mujer escribió cuatro párrafos en los que le ruega que le permita visitarlo en los calabozos del Cicpc-Zulia.
“Eres mi hijo y te amo mucho. Lo único que espero es que me dejes verte y poder explicarte toda la verdad que tu padre siempre buscó ocultar. Lo que más deseo es darte un beso y un abrazo. Quiero apoyarte, porque tú tienes una madre”, fueron algunas de las palabras que redactó la mujer, de 55 años, quien tiene una hija, de 20 años. Otro hijo falleció.
Marlene trabaja como cocinera en un restaurante. Ayer, antes de ir a laborar, acudió junto con su hija Keila, al Cicpc-Zulia a llevarle desayuno. Llegó a las 7:30 de la mañana con un par de arepas rellenas, una garrafa de jugo y otra de agua.
Santiago Allio, a quien llaman ‘Brunito’ fue detenido el sábado 25 de febrero por el Cicpc. Confesó que ordenó el asesinato de su padre, Bruno Allio, ocurrido el viernes 24 en la avenida 2A de Don Bosco. Nacido en 1990, Santiago es hijo de quien en ese entonces era doméstica de la familia Allio Torres, Marlene Rodríguez, y de Bruno Allio, quien era su jefe. «Cuando iba a cumplir tres años me lo quitaron y me echaron de la casa», contó. «Si Santiago me acepta, no lo voy a abandonar», explicó.
En la policía científica no le permitieron a Marlene, ayer, ver a Santiago, pues las visitas solo son los sábados en la mañana y Marlene lo desconocía.
“Dile a Santiago que esto se lo envía su madre biológica”, le dijo Marlene al detective que le recibió los envases con la comida.
A las 12:00 del mediodía, Keila, la hermana que aún Santiago no conoce, volvió al Cicpc a llevarle el almuerzo y la carta que le escribió la mamá.
“Mi madre no pudo venir porque está trabajando. Le preparó una pasta a la boloñesa que es su especialidad y de una vez le envió la cena”, dijo Keila, ayer.
La hermana de “Brunito” no pudo contener el llanto al escuchar la voz de Santiago. La joven lloró al oír cuando el detective del Cicpc le decía a lo lejos que de nuevo su familia le había traído comida.
“Mi madre siempre me contó la historia. Me hablaba del hermano que no conocía, me conformaba con verlo en fotos cuando estaba chiquito”, expresó Keila, luego de abrazar a su esposo.
La hermana dijo que esperan poder hablar con Santiago para ayudarlo en lo que le haga falta.
Mientras tanto, “Brunito” sigue confinado en una celda de 5×7 metros con otros 55 presos por homicidio. Él ordenó matar a su papá, Bruno Allio.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com