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Isaac es un joven de Uganda que nació con una malformación congénita en la mano izquierda. Su pequeña discapacidad le convertía en una persona con pocas posibilidades de abrirse camino y desarrollar un futuro profesional.

Sin embargo, la revolución de la impresión en 3D ha cambiado totalmente la vida de Isaac. Gracias a una prótesis artificial impresa con una Witbox de BQ, ahora puede coger cosas con su nueva mano izquierda, un sueño que parecía inalcanzable. No solo eso: acaba de empezar a estudiar una formación profesional para convertirse en mecánico.

El futuro ya no es incierto, e Isaac tiene ahora las mismas posibilidades que cualquier otro chico de su edad.

Los artífices de este proyecto son Santiago y Eduardo, dos voluntarios de África Directo, que descubrieron el potencial de la impresión 3D gracias al proyecto Enabling the Future y decidieron crear prótesis para ayudar a los niños ugandeses con discapacidades.

Durante el proceso de fabricación de la prótesis de Isaac contaron con la asesoría de los técnicos de BQ y después de probar varios modelos dieron con la tecla: «es una maravilla, una verdadera mano funcional. La motricidad es completa, aunque nos falta desarrollar un poco la motricidad fina para que permita realizar tareas como escribir o utilizar un destornillador», detalla Eduardo.