El fin de semana pasado se inició la residencia de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar (Ossbv), bajo la batuta de Gustavo Dudamel, en el marco Tchaikovsky Fest en el Walt Disney Concert Hall de esta ciudad, sede de la Filarmónica de Los Ángeles, de la que el barquisimetano también es director. Ayer Dudamel dirigió las oberturas de Hamlet, de La tempestad y de Romeo y Julieta.
Pero el programa comenzó el sábado con la Sinfonía Nº 2, de Peter Illych Tchaikovsky, el Concierto para violín y orquesta, con la solista Alina Pogostkina. El domingo y el lunes, Dudamel compartió la conducción con Joshua Dos Santos, mientras alguien del público les llevó arepas a los músicos.
El martes, los integrantes de la Sinfónica compartieron con niños y jóvenes en la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, interpretando la Marcha eslava del compositor ruso y la Conga del fuego de Arturo Márquez.
La imponente estructura, que ocupa más de 23 mil metros cuadrados y tiene la altura equivalente a 12 pisos, estuvo casi a su máxima capacidad -3 mil personas- para ver a los niños del programa Yola (siglas en inglés del programa Sinfónica de la Juventud Latinoamericana), que impulsa El Sistema, y que por primera vez se presentaban con orquesta completa.
Magy Hernández, de 13 años, estudiante de Yola, destacó el mérito de esa complicada sinfonía. “No estoy nerviosa, más bien me siento muy orgullosa de lo que he logrado”.
A juzgar por el titular del lunes de Los Angeles Times, la controversia ha acompañado a esta residencia. Presión sobre Dudamel para condenar la represión en Venezuela, tituló el diario sobre la polémica que ha rodeado al director larense, quien días antes dijo a la misma publicación: “Soy artista y un artista actúa para todo el mundo”. El viernes pasado un grupo de venezolanos protestó afuera del recinto antes del primer espectáculo.
Este domingo la Ossbv y la Filarmónica de Los Ángeles darán un concierto juntas.
Vía Últimas Noticias