A pesar de la pandemia del coronavirus, una temporada más, aunque será reducida a tan solo 60 partidos, el pelotero venezolano José Altuve volverá a estar presente como uno de los bates más productivos y sólidos que hay actualmente en las Grandes Ligas.
El segundo base de los Astros de Houston, que está más ansioso que nunca de volver al diamante para ver acción, especialmente después de todo lo sucedido con el escándalo del robo de señas a los receptores rivales, en el que su equipo se vio involucrado, quiere demostrar que su clase cuando está en la caja de bateo no necesita de ningún tipo de ayuda especial y sobre todo ilegal.
“Creo que todos hemos pasado página por lo sucedido, mi trabajo en los campos de entrenamiento antes del parón de la pandemia del coronavirus fue muy bueno y ahora toda la concentración está en dar inicio a la temporada en la que lucharemos por mantenernos como franquicia ganadora“, comentó Altuve. “Ahora más que nunca somos un equipo que caminamos en la misma dirección”.
A pesar que el pelotero de 29 años siempre habla con la mentalidad y el enfoque puesto en la labor de equipo, la realidad es que Altuve tiene muchos motivos para pensar y centrarse también en objetivos individuales que solo unos privilegiados pueden aspirar a conseguir.
Una de estas metas es seguir acumulando imparables que le permitan llegar a la icónica marca de los 3.000 hits, y que con toda seguridad la abrirían por completo las puertas como futuro miembro del Salón de la Fama.
Nadie ya cuestiona que Altuve lleva el ritmo de lograrlo y solo las lesiones podrían apartarlo de ese objetivo, de ahí la gran preparación a que se somete el pelotero venezolano y todo lo cuidadoso que es en cuento a sus costumbres fuera del diamante.
Cierto que las lesiones en las dos últimas temporadas no le permitieron completarlas, hizo 137 y 124 partidos, respectivamente, en el 2028 y 2019, pero llegó al 2020 con 1.568 imparables.
Este año tampoco disputará más de 60 partidos, que han sido los pactados por las Grandes Ligas y el Sindicato para reiniciar la competición, pero Altuve está convencido que los va aprovechar al máximo.
Altuve encabezó la Liga Americana en imparables y total de bases alcanzadas en la segunda mitad de la campaña pasada, cuando el nativo de Maracay mostró su mejor versión de salud que lo hizo ser de nuevo uno de los bateadores más peligrosos de las Mayores.
Su vuelta a los entrenamientos le ha permitido demostrar que su condición física es excelente y que está más motivado que nunca a ser protagonista una temporada más en las Grandes Ligas.
Además quiere probarse de nuevo que cuenta con todos los elementos para poder jugar unos 10 años más si quiere.
Desde que llegó a las Grandes Ligas tiene 204 imparables por cada 162 partidos.
Lo anterior significa que si las lesiones le respetan, Altuve alcanzará los 3.000 imparables en la temporada del 2029. En ese caso, tendría que promediar 170 indiscutibles por año después del 2020.
Altuve no quiere hablar ni de estadísticas ni de promedios, pero si las conoce a la perfección y sabe que ahora más que nunca está en el camino de mantener su estela camino de alcanzar otra marca que lo consagre.
Lo mismo que le sucede a otros compañeros, que tiene dentro de la plantilla como son los veteranos lanzadores, el derecho Justin Verlander y el zurdo Zack Greinke, junto con el nuevo manejador de los Astros, Dusty Baker.
Desde el montículo, Verlander, de 37 años, tiene como metas el alcanzar las 300 victorias y los 4.000 ponches.
Mientras que Greinke, de 36 años, busca llegar a la meta de las 250 victorias, que lo encumbrarían entre los mejores.
Baker, a sus 71 años, el más veterano en las Grandes Ligas, que ya había asumido su condición de retirado, aceptó el reto de dirigir a los Astros en la etapa de su mayor crisis de credibilidad e imagen y espera mantenerlos como un equipo ganador, que a su vez le permitan llegar a los 2.000 triunfos de manejador.
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Via EFE/Diario Republica