
BOXEO: Tyson y Jones deleitaron a todos los fans con una pelea digna del buen boxeo
Mike Tyson y Roy Jones jr, empataron en su pelea de exhibición. «Iron Mike» volvió tras 15 años de estar fuera del cuadrilátero. Lo hizo para una exhibición, pero poco importó, aún así, todo se paralizó. Pocos pueden compararse en ruido mediático y Tyson llamó más la atención que los grandes nombres de la actualidad, reseñó el medio as.com.
El estadounidense, de 54 años, ayudó. Se pasó meses diciendo que «no conocía la palabra exhibición» y que «buscaría el KO». Todo fue fruto del show business. A la hora de la verdad tanto él como Roy Jones (51 años), supieron donde estaban. Era momento de disfrutar y de hacer disfrutar y así lo hicieron. «Hay que hacerlo otra vez», le pidió Mike a Roy. Su idea sigue en pie: quiere llevar a cabo una liga de boxeadores históricos retirados que de vez en cuando recuerden los viejos tiempos de este deporte.
La incertidumbre fue lo que marcó esta pelea. La fama de rebelde y chico malo de Tyson, sumado a sus antecedentes, hacía presagiar que podría sobrepasar los límites, pero Iron Mike es otro. Perdió 45 kilos y vuelve a disfrutar de una vida sana, aunque a veces se da sus caprichos (la marihuana fue permitida en los controles antidopaje).
Mostró una versión calmada, sosegada y eso alegró a todo el mundo. Pese a ello, verle caminar hacia el ring con sus calzones negros cortos y esa mirada penetrante, que no cambia pasen los años que pasen, impone; también a Roy Jones. El de Florida es otra leyenda del boxeo y llevaba menos de dos años retirado, por lo que fue un pretexto clave en el combate. Él cuidó de Mike, quien evidenció la edad, el tiempo jubilado y los excesos pasados, por lo que disfrutaron e hicieron entretener. Era de lo que se trataba la pelea.
El combate, como todas las exhibiciones, no tuvo un vencedor. El WBC puso a tres ex campeones a puntuar (Christy Martin, Vinny Pazienza y Chad Dawson). El resultado fue nulo (ambos se llevaron el cinturón conmemorativo WBC Frontline Battle). ¿Quién necesitaba un ganador? Nadie. Pues la idea, era la de disfrutar del buen boxeo, como la frase de título de esta nota.
«Estamos ayudando a gente que es mucho más importante que ganar títulos», apuntó Tyson tras el combate. El de Brooklyn donará los diez millones de dólares que ganó a obras benéficas. La gran victoria de la noche, aprovechar su fama y el noble arte para ayudar a otros.
Ya en lo puramente deportivo se vieron dos velocidades. Tyson solo tiene una marcha y fue al frente, buscó llegar con golpes, pero Jones estaba muy rápido y esquivó la mayoría de ellos. Llegaron por ambas partes, pero ninguno fue peligroso. Roy, ex campeón mundial en cuatro divisiones, siempre destacó por su movilidad de piernas, y lo volvió a hacer. Pese a ello, Mike dejó movimientos que recordaron a sus grandes noches en activo. «Esos golpes al cuerpo fueron un buen peaje», afirmó entre risas Jones. «Los dos minutos se me hicieron como tres», le apuntilló Iron Mike.
Al final toda la palabrería previa quedó en eso, palabras. Lo más importante es que esas acciones generaron un mayor impacto y más gente vio el evento, lo que supuso más beneficios para una buena causa.
Ellos lo pasaron bien y el resto disfrutó con destellos que hacía mucho tiempo que no se veían. Todos contentos y el boxeo también. El foco que en algunos momentos ve oscurecido por otras modalidades como las MMA lo recuperó. ¿Habrá segunda parte? Nadie lo duda. El ejercicio de nostalgia fue satisfactorio para todos, para ambos boxeadores, el público espectante, la audiencia, la WBC y para los organizadores del evento. Y también, cabe decir, a la gente a quienes serán donados los recursos que Tyson aportará por los ingresos de la pelea.
Simón Sánchez
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