
La planificación deportiva del FC Barcelona ha recibido un duro e inesperado golpe. El central danés Andreas Christensen ha sufrido una rotura parcial del ligamento cruzado de su rodilla izquierda, una lesión que lo mantendrá alejado de los terrenos de juego por un tiempo prolongado, reabriendo el debate sobre la necesidad de refuerzos defensivos en el mercado invernal.
La decisión más notable, consensuada entre los servicios médicos del club —liderados por el doctor Ricard Pruna—, el reputado cirujano ortopédico Joan Carles Monllau y el doctor de la federación danesa, es que Christensen no pasará por el quirófano. En su lugar, el futbolista se someterá a un tratamiento conservador, buscando una recuperación sin intervención. No obstante, las estimaciones de los expertos médicos sugieren que el tiempo de baja será de, al menos, cuatro meses.
La lesión se produjo el viernes por la tarde, durante el entrenamiento previo al desplazamiento a Castellón para el encuentro contra el Villarreal. Christensen realizó un mal apoyo con la rodilla, obligándolo a abandonar la sesión. Tras permanecer en Barcelona y someterse a pruebas médicas, se confirmó la gravedad del percance.
El eje de la zaga, en alerta
La baja de Christensen, quien recientemente había marcado en Copa del Rey ante el Guadalajara, es la segunda gran pérdida para el técnico Hansi Flick en el eje de la zaga, tras la anterior ausencia por motivos de salud mental de Ronald Araújo. La plantilla se queda ahora con escasas opciones especializadas: Flick solo dispone de la juventud de Pau Cubarsí y la polivalencia de Eric Garcia, Gerard Martín y Jules Koundé, si bien este último es pieza clave e indiscutible en el lateral derecho. Esta precariedad defensiva es la principal baza que el club azulgrana podría utilizar para justificar una inmersión en el mercado de fichajes de enero, buscando una incorporación que aporte solidez y experiencia.
Un futuro contractual incierto
La lesión de larga duración del danés tiene ramificaciones que van más allá del presente deportivo. Christensen finaliza su contrato el próximo mes de junio. Curiosamente, en verano, la dirección deportiva de Deco había valorado una posible salida del danés para ajustar la nómina de centrales, siendo finalmente Iñigo Martínez quien abandonó el club. La nueva situación contractual, combinada con la gravedad de la lesión, obliga al Barça a replantearse el escenario. Una lesión de este calibre permite al club utilizar una de las llamadas ‘fichas de larga duración’ para inscribir a un nuevo jugador de manera temporal, algo que ya se hizo en el pasado con Dani Olmo.
La temporada de Christensen, la tercera desde su llegada como agente libre procedente del Chelsea (donde ganó la Champions League), había comenzado con contratiempos. Pese a ser una petición expresa de Xavi Hernández en su momento, con la llegada de Hansi Flick, solo pudo sumar algo menos de media hora en el debut liguero debido a una tendinopatía en el tendón de Aquiles izquierdo. Tras un tratamiento inicialmente conservador, había optado por el quirófano, volviendo a la actividad en la recta final de la pasada campaña, dejando una imagen de central excelente pero, a juicio del club, excesivamente frágil.
Ahora, en este nuevo escenario, el presidente Joan Laporta, según trascendió en Villarreal, ya estaría considerando la posibilidad de plantear una renovación a Christensen, un gesto que podría asegurar la continuidad del jugador mientras afronta su recuperación. Lo que es indudable es que la secretaría técnica tiene ahora sobre la mesa un dilema urgente que requiere una solución inmediata: fichar o confiar plenamente en lo que hay.
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