Tres de ellos son excampeones del mundo, dotados de muy buenos carros: el español Fernando Alonso (Ferrari), segundo en la clasificación del mundial a 60 puntos del germano, el británico Lewis Hamilton (Mercedes) y el finlandés Kimi Räikkönen (Lotus), separados por apenas dos puntos, y que lucharán por la tercera plaza del podio.
El asturiano ya está prácticamente resignado a perder el título, como cada año desde sus dos victorias en 2005 y 2006, con Renault. «Vamos a necesitar mucha suerte», dijo Alonso después del GP de Singapur, dominado con facilidad por Vettel, ganador de siete de las 13 citas disputadas este año.
En Singapur, Vettel salió en ‘pole position’ y corrió cada vuelta con entre uno y dos segundos de ventaja sobre la mayoría de sus rivales.
«Creo que era el verdadero ritmo de su coche, y que no fue una ilusión. Y tal vez tienen aún algunas cosas en reserva», dijo Hamilton este jueves en el paddock de Yeongam, donde se disputará el domingo el Gran Premio de Corea.
«Cuando (Vettel) acelera a fondo, lo hace al menos 20 metros antes que los demás, lo que supone una gran ventaja», añade el campeón del mundo de 2008.
Hamilton no quiso sin embargo entrar en la polémica naciente de si Red Bull habría reinventado esta temporada el sistema antideslizante prohibido por la FIA desde 2008. Algunos expertos del paddock creen que el ingeniero estrella de esta escudería, Adrian Newey, ha resucitado el «traction control» de forma legal.
Esta ventaja técnica explicaría, según ellos, el incontestable dominio de Vettel desde el verano, sumando cuatro victorias en cinco carreras desde el GP de Alemania. Sólo Hamilton, en Hungría, hizo una carrera perfecta, que le permitió imponerse al alemán.
El tercer gran candidato a la victoria el domingo es Räikkönen, quien aseguró este jueves que está bien de la espalda, que pese a sus problemas no le impidió quedar 3º en el Gran Premio de Singapur.
«No estaría aquí si no estuviera seguro de poder correr el domingo. Es un pequeño problema, que acarreo desde hace mucho tiempo, pero estoy acostumbrado. Mi cuerpo envejece, y tiene que adaptarse», dijo «Iceman», de 33 años, que volverá a Ferrari en 2014.
Los otros cuatro pilotos capaces de ganar una de las seis últimas carreras de 2013 tienen buenas razones para hacerlo, pese a carecer de grandes ambiciones en la clasificación.
El primero, Nico Rosberg (Mercedes), ya ganó dos veces este año (en Mónaco y en Silverstone), y le gustaría ampliar la ventaja respecto a su compañero de equipo Hamilton, que sólo ganó una vez, en Hungría.
Los otros dos, el australiano Mark Webber (Red Bull) y el brasileño Felipe Massa (Ferrari), abandonarán su escudería al final de la temporada, el primero para dedicarse a las carreras de resistencia, con Porsche, y el segundo para marcharse a un equipo de momento desconocido. Sus opciones podrían estar en Lotus, aprovechando la plaza que dejará vacante Räikkönen.
El último candidato creíble a la victoria de aquí a fines de noviembre es el francés Romain Grosjean (Lotus), que en caso de ganar daría a Francia su primera victoria en Fórmula 1 desde la cosechada en 1996 por Olivier Panis en Mónaco.
Agencias