Después de la renuncia de los seis clubes ingleses más poderosos del viej continente, inicialmente implicados en el proyecto y del Atlético de Madrid (español), los tres clubes italianos (Juventus, Inter Milán, AC Milan) fundadores el domingo junto a otros 9 instituciones futboleras de la Superliga Europea, emitieron este miércoles comunicados oficiales en los que dan marcha atrás respecto a ese proyecto pero insisten en las virtudes de la idea.
Estos clubes pensaron que podían convencer al mundo del fútbol ofreciendo más partidos de alto nivel y aspiraban a obtener ingresos colosales al conseguir un boleto permanente en una competición prácticamente inaccesible para el resto de equipos europeos, con 15 de los 20 miembros siempre clasificados.
Los italianos siguen ejemplo de ingleses
La Juventus, presidida por Andrea Agnelli, uno de los principales instigadores del proyecto junto al español Florentino Pérez (presidente del Real Madrid), reconoció que la nueva competición, llamada a competir con la Liga de Campeones de la UEFA, tiene «pocas opciones» de realizarse «en la forma concebida originalmente», tras la oleada de renuncias, de críticas y polémicas.
En su texto, la ‘Juve’ insistió en que estaba convencida de «la validez de las tesis deportivas, comerciales y jurídicas» del proyecto y reafirmó estar «comprometida en la búsqueda de la construcción de valor a largo plazo para el club y por el movimiento futbolístico en su conjunto».
En una entrevista publicada este ismo miércoles en el diario La Repubblica, pero concedida justo antes del anuncio de la retirada de los clubes ingleses, Agnelli compartía su visión de la situación alegando: «El fútbol ya no es un juego sino un sector industrial y necesita estabilidad».
Desde su entorno admitían en la mañana de hoy, tras conocer las renuncias de los clubes ingleses, en que el proyecto de la Superliga europea ya no existía, mientras que la Juventus se desplomaba en la Bolsa de Milán tras la apertura (-12%). Como la ‘Vecchia Signora’, el AC Milan optó en su texto por una fórmula con cierta ambigüedad, sin anunciar una retirada formal pero dando un paso atrás y admitiendo el rechazo abrumador de los hinchas a la competición propuesta.
«El cambio no es fácil (…) Pero las voces y las preocupaciones de los hinchas de todo el mundo sobre el proyecto de Superliga han sido fuertes y claras, y nuestro club debe ser sensible y estar atento a la opinión de los que aman este deporte maravilloso», afirmó el club ‘rossoneri’, que desde 2018 pertenece al fondo de inversión estadounidense Elliott en un as financiero para reinvertir productivamente en nuevos objetivos, proyectos y la renovación de una plantilla mermada que deja el nombre del club e el pasado europeo.
El fútbol necesita «vialidad financiera»
Por otro lado, el vecino de los milaneses, el Internazionale (Inter de Milán) fue el primero en manifestar su adiós a la idea de la Superliga, de una manera más clara, pero tampoco renunció a su deseo de reformar el fútbol.
«El Inter estima que el fútbol, como cualquier sector de actividad, debe buscar la mejor constante de sus competiciones para continuar procurando emociones a los hinchas del mundo, en un marco de viabilidad financiera», escribió el club ‘nerazzurro’, que pertenece al grupo chino Suning.
«Con esta visión, continuaremos trabajando con las instituciones y con todas las partes concernidas», añadió.
Tras los comunicados de los tres equipos italianos, solo dos equipos, los gigantes españoles Real Madrid y FC Barcelona, seguían oficialmente dentro del proyecto de la Superliga europea, anunciado en la noche del domingo al lunes en horas tempranas de la mañana (hora centroeuropea) con doce formaciones fundadoras constituidas en los clubes ya citados anteriormente.
10 equipos fundadores fuera
Los seis ingleses que abrieron el camino de las renuncias fueron Manchester City, Arsenal, Liverpool, Manchester United, Tottenham y Chelsea. Ese anuncio convulsiona al fútbol europeo desde entonces y fue percibido por la UEFA como una declaración de guerra a su institución y a su competición estrella, la Liga de Campeones. La FIFA al igual que la UEFA, tampoco vió con buenos ojos el proyecto «separatista» y apoyó a la primera a fines de evitar la nueva competición no oficial.
De momento, en el plano quedan los dos grandes del fútbol español, Real Madrid y Barcelona, que aún no han hecho oficial su salida del proyecto.
Simón Sánchez
www.diariorepublica.com Fuente AFP/Diario República