Conocido como el más grande boxeador de todos los tiempos, Mohamed Alí, el atleta del ring, el «bocazas» de los cuadriláteros, el hombre espectáculo del deporte de las narices chatas, el gladiador que abogó por la defensa de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos en la década de 1960 a 1970, cumple este sábado 73 años de vida.
El peleador más completo que ha existido celebra un año más, y lo hace superando una leve neumonía. Actualmente se recupera de una infección urinaria, pero abandonará las instalaciones hospitalarias para celebrar su natalicio.
La leyenda del boxeo mundial, nacido como Cassius Marcellus Clay Jr. en Lousville, Kentucky (EEUU), el 17 de enero de 1942, fue una figura social de gran influencia en su generación, en la política y en las luchas sociales o humanitarias a favor de los afrodescendientes.
Entre 1960 y 1970, Alí gozaba de una gran popularidad mundial, especialmente en aquellos países que tenían población donde predominaba el Islam. Se hizo leyenda gracias a su locuacidad, talento en el cuadrilátero y a que fue defensor de los derechos civiles de los afroamericanos.
Su carisma y atractivo para el público se debía a la demostración de su orgullo por ser afroamericano y la extraordinaria fe en sí mismo. Estas características encontraban idolatría en los que se creían discriminados sea por el color de su piel o su lugar de origen.
Por ello, fue fundamental su vínculo con la Nación del Islam. El acercamiento con esa organización se dio en 1959, pero fue en 1961 cuando inició su conversión
Gracias a esa conversión, cambió su nombre a Mohamed Alí.
«Ya no soy más Cassius Clay, aquel «negro de Kentucky». Pertenezco al mundo, al mundo de la raza negra. Siempre tendré un hogar en Pakistán, en Argelia, en Etiopía. Eso tiene más valor que el dinero», expresó el mítico peleador en una oportunidad.
El ex peleador es considerado por los expertos en la materia como el mejor de todos los tiempos. Su estilo tan extraordinario para el boxeo ha sido destacado como de los mejores de la historia.
Todavía sigue vigente la frase con que él mismo se definió una vez: «Vuelo como una mariposa y pico como una abeja».
En los últimos tiempos, Alí ha sido debilitado por la enfermedad de Parkinson por la que ha luchado en por años.
Vía AVN / www.diariorepublica.com