Tomando en cuenta que Roger Federer ya tiene siete títulos de Wimbledon, no debería sorprender a nadie que esté en las semifinales del torneo por 11ra ocasión.
Aun así, por varios motivos, el mismo Federer no esperaba seguir de pie en la Cancha Central en el segundo viernes de este torneo, donde enfrentará a Milos Raonic por un boleto a la final.
No hay que olvidar que el suizo está cerca de cumplir los 35 años, una edad a la que ningún hombre ha alcanzado la final en el All England Club desde que Ken Roswell lo hizo con 39 años en 1974.
Y han pasado cuatro años desde que Federer conquistó su último título de Grand Slam, precisamente en Wimbledon en 2012.
Pero incluso más importante es lo que Federer ha superado esta temporada. En febrero, fue operado por una rotura de cartílago en la rodilla izquierda, la primera cirugía en su carrera como tenista profesional. También ha tenido problemas de espalda, y hasta se ausentó del Abierto de Francia, para frenar una racha de 65 apariciones consecutivas en majors que se remontaba a 2000.
Federer llegó a Wimbledon con marca de 16-6 y ningún título en 2016, la primera vez desde 2000 que llega a este punto de la temporada sin levantar un solo trofeo.
“Estaba muy preocupado cuando llegué”, dijo el tercer preclasificado después de levantar tres puntos de partido y remontar dos sets para vencer a Marin Cilic el miércoles en los cuartos de final.
“Sí”, agregó de inmediato, “hasta yo me sorprendí, en realidad bastante”.
En la otra semifinal del viernes, el segundo preclasificado Andy Murray enfrentará a Tomas Berdych.
Vía Unión Radio/www.diariorepublica.com