1. Realiza una correcta planificación
No importa cuánto dinero extra recibas, siempre te parecerá poco. Quizá necesitas comprar ropa, regalos, preparar fiestas, viajar, etcétera. El mejor método para darle buen uso a ese dinero es haciendo una lista de prioridades que te sirva para destinarlo en orden de importancia. Desde luego, a todos nos gusta despilfarrar, pero, una vez pasadas las fiestas, sentirás mayor alivio si al menos un poco de tu aguinaldo se utilizó para algo necesario.
2. No repitas los errores del pasado
¿Recuerdas en qué te gastaste el dinero que recibiste el año pasado? ¿Y hace dos? Si no tienes idea, seguro lo desperdiciaste. Piensa que, de haberlo gastado en una gran fiesta, la recordarías; de haberte servido para el enganche de un auto o departamento, también. Gastar dinero es muy fácil; emplearlo memorablemente, no.
3. Evita las compras impulsivas
Una vez que tengas tu aguinaldo en tu cuenta bancaria, detente. Respira profundamente y espera 48 horas antes de gastar el primer centavo. Esa medida permitirá que se te enfríe la cabeza y evitará que actúes de manera impulsiva y gastes en cosas que realmente no necesitas.
4. Aprovecha y paga tus deudas
La Navidad es muy costosa y es posible que contraigas más deudas de las que tenías al inicio. Hazte un favor y paga algunos de tus compromisos económicos antes de adquirir nuevos. Así impedirás vivir de la caridad del prójimo (y del poder de tu firma) durante todo enero y parte de febrero.
5. Ahorra una parte
Ya sea que lo destines para la universidad de tus hijos o para tus próximas vacaciones, guarda al menos 15% de lo que hayas recibido. El dinero es como los buenos vinos, sabe mejor mientras más tiempo lo hayas dejado reposar.
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