La aceleración de la inflación en el país sigue su marcha. Las cifras oficiales, publicadas ayer por el Banco Central de Venezuela, reportan que la variación de precios acumuló hasta octubre una tasa de 45,8%, mientras se evidencia como la variable trepó hasta 54,3% en el último año.
La escasez de bienes, el otro flagelo que afecta la calidad de vida del venezolano, repuntaron en octubre y llegó a su máximo histórico al ubicarse en 22,4%; también se convierte en el registro más alto de este año. En abril pasado, la variable había alcanzado su pico más alto con 21,3%. El ente emisor explicó que “dos o tres rubros son los que suelen afectar de manera más acentuada los resultados, en el sentido de que concentran una parte importante de la escasez general”.
La inflación mensual se ubicó en 5,1%, la segunda más alta del año; detrás del 6,1% reflejado en mayo pasado. En este comportamiento influyeron los renglones de bebidas alcohólicas y tabaco con un salto de 8,6% y el grupo de vestido y calzado con un aumento intermensual de 7,6%. El sector de los alimentos también se ubicó por encima del promedio mensual, reportó 5,6%.
El BCV explica que “solo 8 rubros de la canasta del índice explican o concentran más del 30% del resultado”.
El Gobierno nacional anunció, el pasado martes, un plan de ofensiva económica, que entre otros objetivos, prioriza la lucha contra el aumento desmedido de precios. El plan incluye una revisión de precios y operativos de fiscalización por sectores.
Para los expertos se necesitan más medidas para controlar “verdaderamente” la inflación. El economista José Ramón Acosta señala que el comportamiento inflacionario de octubre se observa sin haberse dado el pago de aguinaldos y utilidades. Con el incremento del consumo en los dos meses que restan, el experto estima que la inflación anualizada estaría entre 60% y 80%.
El economista Gustavo Machado asegura que “la clave es combatir la inflación atacando directamente al (dólar) paralelo”. El catedrático expone que en los últimos años, el BCV ha financiado las empresas estatales y eso contribuye a presiones inflacionarias. “Esa práctica debe parar”, enfatizó.
Vía Panorama