
La República Popular China ha emitido un mensaje contundente y sin ambages ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), reiterando su firme oposición a las acciones de unilateralismo y acoso perpetradas por Estados Unidos contra la República Bolivariana de Venezuela.
Durante una sesión reciente del Consejo, el embajador alterno de Pekín ante el organismo multilateral, Geng Shuang, fue enfático al denunciar la política de Washington. «China se opone a todos los actos de unilateralismo y de acoso», declaró Shuang, subrayando que todos los países deben defender su dignidad soberana. Esta postura no solo defiende la soberanía de Venezuela, sino que también establece un principio fundamental de la política exterior china: el absoluto respeto al derecho internacional y a la no injerencia.
El diplomático chino puntualizó que su nación está «en contra de toda aquella medida que vulnere los principios y fines de la Carta [de la ONU] y que se injiera en la soberanía y en la seguridad de un tercer Estado». Esta declaración se alinea con la creciente preocupación global sobre el uso de instrumentos de presión económica y política que no cuentan con la validación del sistema multilateral.
Contra la amenaza y las sanciones
profundizando en su crítica, Geng Shuang detalló la oposición de China a tres elementos clave de la estrategia estadounidense contra Caracas:
«La amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales».
«La injerencia externa en los asuntos de Venezuela, sobre cualquier pretexto».
«Las sanciones unilaterales ilícitas y de una jurisdicción que no tiene fundamento en el derecho internacional y que tampoco ha sido autorizada por el Consejo de Seguridad».
Esta enumeración precisa subraya la ilegitimidad, según Pekín, de las medidas coercitivas impuestas por EE. UU., haciendo un llamado al pleno respeto del derecho internacional como pilar de la convivencia global.
El eje de apoyo internacional
La postura de China no es aislada. En el contexto internacional, Rusia ha manifestado una solidaridad similar con el Gobierno venezolano. A principios de diciembre, el presidente ruso, Vladímir Putin, mantuvo una conversación telefónica con su par venezolano, Nicolás Maduro, manifestando su «solidaridad con el pueblo venezolano» y «reafirmando su apoyo al curso del Gobierno» de Maduro, orientado a defender los intereses nacionales y la soberanía. Putin subrayó que Venezuela «merece absoluto respeto en su lucha legítima por la defensa de su soberanía e independencia». Este apoyo conjunto de dos potencias con asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU otorga un peso significativo a la defensa de la soberanía venezolana.
Caracas alerta al sistema internacional
La escalada de las tensiones motivó una acción directa por parte de Venezuela. Previamente, el presidente Nicolás Maduro remitió una carta a los Estados miembros de Naciones Unidas, en la que alertó sobre «una escalada de acciones de extrema gravedad por parte del Gobierno de EE.UU.». En su misiva, el mandatario advirtió que estas operaciones, que incluyen medidas de presión y amenazas, representan una amenaza no solo para la estabilidad de Venezuela, sino que podrían desestabilizar a toda la región del Caribe y al sistema internacional en su conjunto.
La intervención china en la ONU, al denunciar el «acoso» y el unilateralismo, refuerza el mensaje de Caracas y pone en el centro del debate internacional la necesidad de adherirse a los principios de no injerencia y respeto mutuo entre naciones.
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