
Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) emite firme llamamiento a la reconciliación y la justicia social
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha emitido su tradicional y esperado mensaje de Navidad, transformándolo en un enérgico llamado a la paz, la sensatez y el diálogo nacional. El Episcopado invitó al pueblo a reconocer la presencia transformadora de Dios en medio de la adversidad, al mismo tiempo que condenó de manera categórica las principales fuentes de sufrimiento y conflicto que aquejan a la nación y a la región.
El comunicado, publicado en la víspera de Nochebuena, comienza con un deseo profundo de que «la paz, fruto precioso de la acción del Espíritu Santo, se haga realidad en cada uno de nuestros hogares y el conjunto de la sociedad». Los obispos destacaron el poder de las tradiciones navideñas venezolanas—las misas de aguinaldo, el reencuentro familiar y la bendición de los pesebres—como actos de resistencia espiritual y balsámicos puntos de encuentro en un contexto de crisis sostenida.
Condena a la crisis humanitaria y la represión
Sin embargo, el mensaje episcopal trascendió el ámbito espiritual para abordar la cruda realidad sociopolítica. El clero alzó su voz para condenar de manera inequívoca «la privación de libertad por pensar distinto políticamente de ciudadanos nacionales y extranjeros». Esta práctica fue señalada como un grave obstáculo para la construcción de una verdadera paz democrática y plural.
La crítica más lacerante se dirigió al ámbito económico: el Episcopado lamentó el «empobrecimiento generalizado de la población que sufre una galopante inflación y una economía desestructurada», un panorama que ha pulverizado la calidad de vida, los salarios y la capacidad de las familias para satisfacer sus necesidades básicas.
Rechazo a acciones bélicas y sanciones
El comunicado extendió su preocupación al ámbito geopolítico, expresando consternación porque las festividades se vean «ensombrecidas» por «acciones bélicas cercanas a nuestras costas con lamentables pérdidas de vidas». Esta referencia directa apunta a los recientes ejercicios militares en el Mar Caribe, que bajo el pretexto de la lucha contra el «narcoterrorismo», la CEV considera una peligrosa amenaza a la estabilidad y soberanía regional.
En línea con la defensa de la dignidad del pueblo, la Conferencia Episcopal rechazó enérgicamente «las confiscaciones de nuestros recursos naturales y la imposición de nuevas sanciones económicas», enfatizando que estas medidas internacionales solo sirven para profundizar la crisis humanitaria interna. También se sumaron a la causa de la diáspora, denunciando la «discriminación y criminalización de los migrantes» e instando a un trato más humano y solidario.
Diálogo, sensatez y bien común: La vía a la paz
Los obispos alertaron sobre el «predominio de una narrativa especulativa» en el debate público, dominada por la «violencia verbal y la descalificación», que desvía la atención de los problemas reales. Subrayaron que la paz es un concepto que a menudo se tergiversa o se ve como imposible, llevando a algunos a postular «otras vías, con los riesgos de generar violencia e injusticias».
Para la CEV, el camino irrenunciable hacia la paz pasa por colocar la dignidad humana y el bien común por encima de todo interés individual, ideológico o partidista, siendo la «humildad del diálogo» la herramienta esencial.
«Una paz que no surja como fruto del desarrollo integral y la inclusión social, que no inspire la vigencia y el respeto de los derechos humanos, ciudadanos y democráticos, no garantiza su permanencia en el tiempo y siempre será germen de nuevos conflictos y de variadas formas de violencia», sentenciaron los prelados.
Finalmente, el mensaje concluyó con un llamado a la sensatez y la responsabilidad, invitando a la nación a «abandonar las soluciones poco realistas y los enfoques que no toman en cuenta a todos», y a unirse en un esfuerzo sincero por la reconciliación y la justicia social en esta época de profunda significación para la fe cristiana.
www.diariorepublica.com



