
El presidente Donald Trump confirmó hoy que ha otorgado una autorización secreta a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela, un movimiento que marca una escalada significativa en los esfuerzos de Estados Unidos por presionar al gobierno del presidente Nicolás Maduro y combatir el narcotráfico en la región.
La autorización, conocida como «hallazgo presidencial» y una de las formas más discretas de ejercer el poder ejecutivo, le otorga a la CIA la capacidad de realizar acciones letales y otras formas de intervención dentro del país sudamericano.
En declaraciones desde la Casa Blanca, el presidente Trump señaló que la estrategia estadounidense ahora se enfoca en expandir las operaciones más allá del mar Caribe. «Ya tenemos el control del mar. Ahora estamos pensando en actuar en tierra,» comentó, enfatizando que el objetivo es atacar a los cárteles de narcotraficantes que operan en Venezuela, una región que describe como clave para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
El mandatario criticó la ineficacia de los métodos anteriores, como las intervenciones de la Guardia Costera, argumentando que los narcotraficantes utilizan embarcaciones más veloces. «Los botes son rápidos, pero no son más rápidos que nuestros misiles,» aseveró, sugiriendo la disposición de su gobierno a emplear medidas más contundentes y directas.
La confirmación de las operaciones de la CIA ocurre en un momento de creciente presencia militar estadounidense en la región, con más de 10,000 soldados desplegados en el Caribe, junto a buques de guerra y un submarino.
Desde agosto, Washington ha intensificado sus operativos marítimos, incluyendo ataques contra embarcaciones venezolanas, que el Pentágono alega estaban involucradas en el tráfico de narcóticos. Estos operativos han resultado en la muerte de al menos 27 personas, a quienes el gobierno de Trump ha catalogado como «narcoterroristas.» El presidente defendió su política de tratar a los traficantes de drogas como combatientes ilegales, subrayando que las acciones son parte de una estrategia para frenar el flujo de drogas y la violencia asociada.
Trump justificó la autorización de la CIA citando dos razones principales: la entrada de grandes cantidades de drogas desde Venezuela y la supuesta liberación de prisioneros venezolanos, incluyendo personas de centros de salud mental, hacia Estados Unidos.
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