Hace cuatro años, el agricultor Sankalp Singh Parihar viajó a la ciudad de Chennai, al sur de la India, en busca de semillas híbridas de coco. Durante el viaje en tren, entabló una conversación con un hombre que estaba sentado frente a él. Cuando el sujeto se enteró de que Parihar era agricultor, se ofreció a venderle un retoño especial de mango por 2.500 rupias (33 dólares).
Por curiosidad, decidió arriesgarse y comprarlo.
“No sabía qué raza de mango era, pero la llamé Damini en honor a mi madre y la planté”, contó Parihar, quien vive en la ciudad de Jabalpur, al centro de la India. “Lo cultivé [el retoño] como una planta de mango ordinaria, pero unos meses después, vi que había desarrollado un hermoso color rojo”.
Cuando se supo que Parihar tenía una variedad especial de mango color rojo en su finca, empresarios de las ciudades indias de Surat y Bombay se acercaron al agricultor. “Fue solo cuando me ofrecieron más de 21.000 rupias (283 dólares) por él que me di cuenta de que era algo valioso”.
El mango especial que había comprado por casualidad era, de hecho, el mango japonés miyazaki, considerado la variedad de mango más cara del mundo.
Así tuvieron que recurrir a nueve perros de seguridad -seis de ellos ovejeros alemanes- y a cuatro guardias para que no les robaran su cultivo (ya sufrieron un robo).
Vía 800noticias/www.diariorepublica.com