La historia de Alfred Postell, un egresado de la Harvard Law School, en 1979, es de esas que cuando las conoces quisieras que tuvieran un final feliz. Un hombre de 67 años con estudios en Contabilidad, Economía, y en Derecho; compañero de clase en Harvard del presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos, John G. Roberts, es ahora es un vagabundo que lo ha perdido todo tras ser diagnosticado con esquizofrenia y relató su historia a “The Washington Post”.
“Yo poseía propiedades en la ciudad de Charleston. Los campos de algodón iban más allá de los límites de la ciudad. Cogí el algodón una vez en mi vida. Pero los campos de algodón iban más allá de los límites de la ciudad. Yo vivía en la ciudad. Tuvimos propiedad ahí. Nosotros heredamos la propiedad. Poco después, me dirigí a San Diego, California. Yo estaba enamorado de una chica”, contó Postell.
Postell se hizo rico, pero luego algo pasó: se hicieron presente los primeros síntomas de la esquizofrenia. poco a poco perdió la razón y nada tardó en terminar en la calle. Entre los numerosos episodios que ha sufrido debido a su enfermedad Postell recuerda un encuentro poco agradable que tuvo ante la justicia de ese país en un episodio ocurrido en un sábado de principios de abril.
“Tiene derecho a guardar silencio […] Cualquier cosa que decir, aparte de su abogado, puede ser utilizado en su contra”, le dijo un empleado de la corte a Postell, según una transcripción de la lectura de cargos citada por el Post. “Soy un abogado”, respondió Postell.“Pasé por la Universidad Católica, fui admitido en Constitution Hall. Hice el juramento como abogado en Constitution Hall en 1979; me gradué de la Escuela de Derecho de Harvard en 1979?, agregó.
Eso llamó la atención del juez Thomas Motley, quien también se había graduado de la Escuela de Derecho de Harvard en 1979. “Señor Postell, yo también [me gradué]“, dijo Motley. “Me acuerdo de ti.”
No obstante, el juez Motley no tuvo otra opción y tuvo que ordenar a su antiguo compañero de clase, acusado de dormir al lado de un edificio de oficinas en el centro de Washington,permanecer en la cárcel del Distrito de Columbia hasta que los cargos en su contra pudieran resolverse.
En una ciudad con miles de personas sin techo, Postell es el que tiene más títulos de estudio: diplomas, premios y certificados, fósiles remotos de una vida perdida tras haber conseguido tres titulaciones. Por ahora, son pocas las esperanzas, porque a pesar del interés de organizaciones humanitarias por sacarlo de la calle, sigue viviendo en la misma esquina de siempre.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com