Un par de jóvenes ladrones improvisaron un emocionante asalto en una tienda de su localidad, pero aprendieron que hasta para hacer fechorías se debe tener algo más que fuerza de voluntad.
Un joven le arrebató el bolso a una de las clientas y emprendió la huida, pero al llegar a la puerta automática del establecimiento, prefirió cruzar con toda su fuerza por el vidrio sin esperar a que el mecanismo se accionara.
Entonces el malhechor quedó tendido debajo del cristal, sin poder moverse, algunos de los otros clientes se acercaron para auxiliarlo ya que no estaban enterados del robo, pero de inmediato su cómplice se acercó y les indicó que se alejaran de él.
La juvenil pareja de rateros se dieron a la fuga en un Lexus verde que también era robado.
En estos momentos la policía de Perth, en Australia, lleva a cabo las investigaciones necesarias para detener a los dos torpes delincuentes.
Vía Agencias