
Científicos alertan: 2026, Uno de los años más calurosos registrados
La comunidad científica internacional ha emitido una sombría advertencia sobre el clima global, proyectando que el año 2026 se situará entre los más calurosos desde que comenzaron los registros en 1850. Esta predicción subraya la urgencia crítica de acciones climáticas más contundentes y rápidas a nivel mundial.
Los investigadores prevén que la temperatura media global para 2026 oscilará entre 1.34°C y 1.58°C por encima del promedio del periodo preindustrial (1850-1900), con una estimación central alarmante de 1.46°C.
Esta cifra sitúa al planeta peligrosamente cerca de superar el umbral clave de 1.5°C de calentamiento establecido en el Acuerdo de París de 2015.
El umbral crítico de 1.5°C
Superar de forma sostenida el límite de 1.5°C representa, según los científicos, un punto de inflexión con un abánico de consecuencias «graves» e irreversibles. Entre ellas, se incluyen el incremento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos –como sequías prolongadas, olas de calor devastadoras, inundaciones costeras y tormentas sin precedentes–, una significativa pérdida de Producto Interno Bruto (PIB) a nivel global debido a los daños y la disrupción económica, y un temido aumento en la mortalidad relacionada con el calor y los desastres naturales.
«Las proyecciones para 2026 no son una simple estadística; son una señal de alarma que resuena con la urgencia del Acuerdo de París», afirmó la Dra. Elena Ríos, climatóloga principal del Instituto de Investigación Climática Global (IRCG). «Estamos en la antesala de un futuro con impactos climáticos cada vez más disruptivos. Cada décima de grado cuenta, y las tendencias actuales nos empujan hacia un territorio desconocido y peligroso.»
Llamado global a la transformación: El Plan del PNUMA
Ante este panorama, el más reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se convierte en una hoja de ruta para la supervivencia y la prosperidad futura. El PNUMA exige un cambio global de rumbo inmediato para salvaguardar un planeta sano y garantizar «prosperidad para todos», destacando que la mitigación ya no es suficiente; la transformación sistémica es imprescindible.
El informe detalla acciones concretas y multisectoriales que deben implementarse de manera urgente, incluyendo:
Transición hacia modelos de economía circular: Impulsar sistemas que maximicen el uso de recursos y reduzcan drásticamente la «huella material» de la producción y el consumo.
Descarbonización energética acelerada: El cambio más crítico es la descarbonización rápida y total del sistema energético global, priorizando las fuentes renovables y eliminando progresivamente los combustibles fósiles.
Adopción de dietas sostenibles: Fomentar el avance hacia patrones de consumo alimentario que minimicen el impacto ambiental de la agricultura y la ganadería.
Reducción masiva de residuos: Implementar políticas y tecnologías para minimizar la generación de basura y fomentar el reciclaje eficiente.
Restauración de ecosistemas degradados: Invertir en la salud de los ecosistemas naturales, como bosques, humedales y océanos, que actúan como sumideros naturales de carbono.
La predicción para 2026 es un recordatorio inequívoco de que la ventana de oportunidad para limitar el calentamiento a 1.5°C se está cerrando rápidamente. La acción colectiva y el compromiso político a gran escala son esenciales para evitar las consecuencias más catastróficas del cambio climático.
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