Al menos 19 personas murieron en Irak este sábado debido a ataques con bombas y artillería de militantes, que volaron un importante puente que unía a la capital con el norte.
Se trata de un nuevo episodio del brote de violencia confesional que azota al país, que celebra elecciones el 30 de abril.
Más de 800 personas han muerto en lo que va de enero en el país, un balance agravado por los enfrentamientos entre cuerpos de seguridad y fuerzas antigubernamentales en la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad.
Tanto diplomáticos como líderes extranjeros, entre ellos el presidente estadounidense, Barack Obama, han instado a las autoridades iraquíes, mayoritariamente chiíes, a que se reconcilien con la minoría suní expulsada del poder a raíz de la invasión liderada por Estados Unidos en 2003.
Sin embargo, el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, ha optado por la mano dura ante los comicios de abril.
Los bombardeos comenzaron el viernes al anochecer en el barrio de Faluya, en el sur de Nazal, y continuaron hasta las primeras horas del sábado matando a ocho personas, incluyendo a un niño, e hiriendo a siete, dijo el doctor Ahmed Sham, del principal hospital de la ciudad.
AFP