
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ha desmentido categóricamente los argumentos esgrimidos por Estados Unidos, calificando el despliegue militar en el Caribe bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico como una «falacia» y una «amenaza de naturaleza ofensiva» para toda la región. El canciller cubano, al referirse a las afirmaciones del Secretario de Estado Marco Rubio, denunció que esta estrategia busca justificar una agresión multilateral.
Falso pretexto de la lucha antidrogas
Rodríguez Parrilla ha condenado el aumento de las tensiones en la región, que incluyen operaciones navales con Venezuela en la mira, y señaló que el uso de destructores y portaaviones «no sirve para enfrentarse al narcotráfico». En este sentido, Cuba acusa a la Administración Trump de utilizar un «pretexto ridículo» que recuerda al «retorno a la política cañonera» y una violación flagrante del derecho internacional.
El diplomático cubano enfatizó que, si EE.UU. realmente quisiera solucionar el problema de las drogas, debería comenzar por reconocer que es «el principal centro mundial de consumo y de lavado de activos financieros».
Venezuela denuncia campaña de desprestigio
Frente a las acusaciones estadounidenses, las autoridades venezolanas han articulado una respuesta unificada que rechaza el marco de confrontación bilateral. El presidente Nicolás Maduro ha calificado las acciones de Washington como una campaña de desprestigio contra su administración para «justificar cualquier cosa» contra la nación bolivariana.
El mandatario venezolano ha explicado en repetidas ocasiones que estas agresiones buscan «cambiar el régimen» en el país y apropiarse de su «inmensa riqueza petrolera». Maduro insiste en que la estrategia de EE.UU. busca manchar la imagen de Venezuela y su revolución como pretexto para las agresiones, algo que «han hecho muchas veces».
Condenas internacionales a las operaciones militares
La postura cubana y venezolana ha encontrado un amplio respaldo en la comunidad internacional.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que las acciones de Washington «no conducirán a nada bueno» y consideró «inaceptable la destrucción de barcos sin juicio ni proceso». El canciller cubano se hizo eco de esta crítica al señalar que «así actúan los países fuera de la ley».
Las operaciones militares, que han incluido bombardeos contra lanchas de escaso calado, han sido condenadas por el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, así como por los gobiernos de Colombia, México y Brasil.
Expertos internacionales han calificado estos ataques como «ejecuciones sumarias» que violan gravemente el derecho internacional, lo que pone en entredicho la reputación de Washington ante la comunidad internacional.
Cuba ha instado a una «movilización internacional» para detener esta escalada de hostilidades y preservar a América Latina y el Caribe como una Zona de Paz.
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