
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han intensificado su presencia en el Caribe con la incorporación del crucero lanzamisiles USS Gettysburg (CG-64), consolidando el mayor despliegue de buques de guerra en la región desde la Guerra del Golfo Pérsico. La nave zarpó desde Norfolk, Virginia, y se suma al ya operativo USS Lake Erie (CG-70).
Medios especializados en defensa reportaron este viernes que la concentración militar alcanzará su punto máximo con la próxima llegada del portaaviones USS Gerald Ford, el buque más moderno de la flota, elevando drásticamente la capacidad operativa de la Marina frente a las costas venezolanas.
La Mayor Concentración en Décadas
Según datos del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), el despliegue actual de EE. UU. totaliza 13 efectivos navales en la zona: ocho buques de guerra (incluyendo seis destructores), tres buques anfibios y un submarino.
Mark Cancian, coronel retirado y experto en defensa del CSIS, subrayó la magnitud de la maniobra en declaraciones a EFE:
«Este es el despliegue naval más grande en Latinoamérica en al menos 24 años o incluso puede que de los últimos 40 años.»
Mientras tanto, legisladores republicanos de Florida, críticos prominentes del gobierno de Nicolás Maduro, celebraron la escalada. La representante federal María Elvira Salazar escribió en X: «Maduro quería una Navidad adelantada, pero Halloween siempre llega primero», junto a la promesa de que «Venezuela será libre».
Controversia por Ataques y Condena de la ONU
Este refuerzo naval se produce en medio de una intensa controversia. Aunque el presidente Donald Trump negó los reportes del Miami Herald y The Wall Street Journal sobre un supuesto plan para bombardear instalaciones militares venezolanas, sí expresó su intención de detener el ingreso de drogas “por tierra”.
Esta declaración sigue a casi dos meses de ataques a embarcaciones en el Pacífico y el Caribe, que han resultado en la muerte de 61 personas y solo tres sobrevivientes desde el 1 de septiembre.
En un desarrollo paralelo, la ONU condenó firmemente este viernes las operaciones marítimas de EE. UU., calificándolas como una violación al derecho internacional y «ejecuciones extrajudiciales». Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, exigió el fin de los ataques y advirtió sobre su creciente costo humano.
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