
En un giro táctico tras una de sus semanas más violentas del año, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció este domingo la implementación de un cese al fuego unilateral con motivo de las festividades decembrinas. La medida, que entrará en vigor a las 00:00 horas del 24 de diciembre y se extenderá hasta la medianoche del 3 de enero de 2026, busca ofrecer un respiro a las comunidades rurales en medio de un clima de alta tensión bélica.
Un paréntesis tras el caos
El anuncio de paz temporal contrasta drásticamente con el reciente «paro armado» de 72 horas que azotó a diez departamentos del país. Durante dicha jornada, la guerrilla ejecutó casi un centenar de acciones terroristas, incluyendo:
Ataques con drones: El incidente más letal ocurrió en Aguachica (Cesar), donde el uso de explosivos lanzados desde aeronaves no tripuladas contra una base militar cobró la vida de siete soldados y dejó 31 heridos.
Hostigamientos y bloqueos: Quema de vehículos, ataques a estaciones de policía y el trágico asesinato de un conductor de ambulancia en Norte de Santander marcaron los días previos a este anuncio.
Retórica antiimperialista como justificación
En su comunicado, el ELN no solo informó sobre la tregua, sino que arremetió contra la presencia de Estados Unidos en la región. La organización insurgente justificó su reciente escalada violenta como una respuesta a la ofensiva contra el narcotráfico que Washington lidera en el Caribe y el Pacífico desde agosto.
Según el grupo guerrillero, el despliegue estadounidense representa una «estrategia de saqueo y agresión». Por su parte, cifras de Washington indican que dichas operaciones navales han resultado en el hundimiento de más de 30 embarcaciones y cerca de un centenar de bajas en aguas internacionales, hechos que el ELN utiliza para validar su postura de confrontación.
Expectativa nacional
Aunque la tregua es recibida con alivio por las poblaciones civiles más vulnerables, diversos sectores analíticos advierten sobre la fragilidad de este compromiso. El mensaje de «paz para las festividades» del ELN se produce en un momento de profunda desconfianza, mientras el país aún procesa el impacto de los atentados de la semana pasada.
Las Fuerzas Militares de Colombia mantienen la alerta máxima, vigilando el cumplimiento de este cese de hostilidades que, por ahora, tiene fecha de caducidad fijada para el inicio del nuevo año.
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