
El expresidente francés Nicolas Sarkozy ingresó este martes 21 de octubre en la prisión parisiense de La Santé para cumplir la pena de cinco años impuesta por la financiación ilegal de su campaña electoral de 2007 con dinero del gobierno libio de Muamar Gadafi. Este acontecimiento marca un hito sin precedentes, convirtiendo a Sarkozy en el primer exjefe de Estado francés en ser encarcelado.
El exmandatario llegó a la prisión del distrito XIV alrededor de las 9:39 a.m. hora local, escoltado por un fuerte dispositivo de seguridad. Su trayecto desde su domicilio fue seguido en directo por decenas de medios, con cámaras de televisión transmitiendo el coche negro que lo transportaba.
Antes de dirigirse a La Santé, Sarkozy, quien fue presidente de 2007 a 2012, salió de su casa de la mano de su esposa, Carla Bruni, y en compañía de sus hijos y hermanos. Decenas de simpatizantes se congregaron para aplaudirle y cantar «La Marsellesa» en un gesto de apoyo.
Justo antes de cruzar los muros de la prisión, Sarkozy publicó un desafiante mensaje en redes sociales:
«Al prepararme para cruzar los muros de La Santé, mis pensamientos están con el pueblo francés. Quiero decirles con la fuerza inquebrantable que me caracteriza que no es un expresidente de la República quien está siendo encarcelado esta mañana, sino un hombre inocente.»
El expresidente afirmó que seguirá denunciando el «escándalo judicial» y que «La verdad triunfará», aunque advirtió que el precio a pagar será «devastador».
El equipo legal de Sarkozy no tardó en reaccionar a su encarcelamiento. Sus abogados anunciaron que presentarán una petición de puesta en libertad «muy rápidamente», argumentando que «una noche en prisión es demasiado» para su cliente.
Christophe Ingrain, uno de sus letrados, afirmó a BFMTV que el encarcelamiento «refuerza su determinación y su rabia para demostrar que es inocente». El abogado estimó que Sarkozy pasará «entre tres semanas y un mes detenido» antes de que el tribunal se pronuncie sobre la solicitud de libertad, cuya respuesta positiva le permitiría comparecer libre en el juicio de apelación previsto para marzo de 2026.
Durante su tiempo en prisión, el exjefe de Estado tiene la intención de aprovechar para «escribir sobre su experiencia, sobre la injusticia de la que es víctima».
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