
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, planteó este viernes a Estados Unidos un enfoque de cooperación bilateral en la lucha contra el narcotráfico, instándole a «hacer algo juntos» en lugar de «invadir» y «combatir» en la soberanía de otras naciones. Las declaraciones se producen en medio de una intensa escalada militar de Washington contra los carteles latinoamericanos.
Desde Yakarta, primera parada de su gira por el Sudeste Asiático, Lula enfatizó la necesidad de respetar la legalidad internacional y la autodeterminación de los pueblos:
«Antes de juzgar a alguien, antes de castigar a alguien, hay que tener pruebas. No se puede simplemente decir que se va a invadir, que se va a combatir el narcotráfico en territorio ajeno, sin tener en cuenta la constitución de otros países, la autodeterminación de los pueblos, la soberanía territorial de cada país», sentenció.
Críticas a la ofensiva de Trump y apertura al diálogo
Lula criticó la estrategia de la Administración de Donald Trump, que ha intensificado su ofensiva contra los carteles latinoamericanos, declarándoles un «conflicto armado directo» que justifica acciones militares, incluso en aguas internacionales.
Aunque manifestó sus reservas sobre el método, el líder brasileño se mostró abierto a la conversación: «Si el presidente Trump quiere hablar de este tema conmigo, tendré el inmenso placer de discutirlo con él. Este y otros temas», aseveró, planteando una posible reunión en Kuala Lumpur. Ambos coincidirán allí en la cumbre de líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).
En ese sentido, Lula propuso la colaboración institucional: «Es mucho mejor que EE. UU. esté dispuesto a dialogar con la Policía de nuestros países, con las comunidades de Justicia de cada país, para que podamos hacer algo juntos».
Tensiones regionales por ataques navales de EE. UU.
Las declaraciones de Lula coinciden con el anuncio del Ejército estadounidense de haber hundido nueve embarcaciones en aguas del Caribe y del Pacífico, intensificando su «guerra contra las drogas».
Esta escalada militar, que comenzó en agosto enfocándose en el Caribe y Venezuela, se ha extendido al Pacífico, involucrando a Colombia. Los gobiernos de Nicolás Maduro en Venezuela y Gustavo Petro en Colombia, ambos acusados de narcotráfico por Trump, han condenado los ataques a las lanchas como «asesinatos y ejecuciones extrajudiciales». Organizaciones como Amnistía Internacional también han cuestionado las acciones militares de Estados Unidos.
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