
En un contexto de creciente tensión militar con Estados Unidos, el líder venezolano Nicolás Maduro anunció este miércoles que el país cuenta con una reserva de «más de 5.000» misiles antiaéreos Igla-S de fabricación rusa, los cuales describió como un elemento clave para la defensa territorial.
Durante un acto transmitido por el canal estatal VTV, Maduro advirtió que el arsenal está desplegado estratégicamente para garantizar la «tranquilidad» y la «paz» de la nación.
«Cualquier fuerza militar del mundo sabe el poder de los Igla-S, y Venezuela tiene nada más y nada menos que 5.000 Igla-S en los puestos claves de la defensa antiaérea, para garantizar la paz, la estabilidad y la tranquilidad de nuestro pueblo. Más de 5.000, (…) el que entendió, entendió», declaró el mandatario.
El líder chavista enfatizó que el país ha invertido en «equipos de simulación» que han perfeccionado la «buena puntería de miles de operadores de Igla-S» distribuidos «hasta en la última montaña, hasta en el último pueblo y hasta en la última ciudad (…) del territorio» venezolano, en un esfuerzo por hacer de Venezuela una «patria inexpugnable».
Respuesta al Despliegue de EE. UU.
Las declaraciones de Maduro se producen en medio de un significativo despliegue militar de Estados Unidos en el mar Caribe y el Pacífico, que Caracas interpreta como una amenaza directa destinada a forzar un «cambio de régimen».
Por su parte, la Administración del presidente estadounidense Donald Trump defiende su creciente presencia en la región como una operación para combatir el narcotráfico, una narrativa que el chavismo rechaza.
Este mismo miércoles 22, la tensión escaló cuando el Departamento de Guerra de EE. UU. confirmó la destrucción de dos supuestas «narcolanchas» en el Pacífico, siendo estos los ataques séptimo y octavo desde el inicio de la operación antidrogas en el Caribe, la mayoría de ellos en zonas cercanas a Venezuela.
El presidente Trump fue enfático al señalar este miércoles que, si bien preferiría notificar al Congreso antes de llevar las operaciones antidrogas a tierra, considera que legalmente no necesita permiso para actuar, ya que se trata de un problema de «seguridad nacional».
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