
El Sumo Pontífice, León XIV, celebró anoche la primera Misa de Gallo de su pontificado en el altar mayor de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, un evento que marcó el inicio de las festividades navideñas y sirvió como plataforma para un mensaje de profunda caridad y esperanza dirigido a los católicos de todo el mundo.
La ceremonia, iniciada al filo de la medianoche, reanudó una solemne tradición que se remonta al pontificado de San Juan Pablo II y que fue seguida con atención por miles de fieles y dignatarios. El Pontífice, conocido por su estilo pastoral más discreto y centrado en la doctrina, optó por una homilía profundamente espiritual, enfocada en el significado teológico del nacimiento de Jesús, evitando referencias explícitas a los conflictos geopolíticos o sociales de la actualidad, en contraste con el enfoque más político de su predecesor, Francisco.
Un mensaje de luz y fe
En su homilía, el Papa estadounidense hizo un llamado conmovedor a redescubrir la esencia de la Navidad. «El nacimiento de Cristo en la humildad de un pesebre nos recuerda que la verdadera fuerza reside en el servicio y el amor desinteresado», afirmó León XIV con voz serena y firme. «En este mundo a menudo marcado por la división y el miedo, la Natividad es la luz que disipa las tinieblas. Es la fuente inagotable de caridad que debe inspirar cada una de nuestras acciones y la esperanza firme que sostiene a la Iglesia y a cada creyente».
El mensaje del Papa resonó con particular fuerza entre los aproximadamente 6,000 fieles que llenaban la Basílica, incluyendo cardenales, obispos y miembros del cuerpo diplomático.
Comunión bajo la lluvia en la Plaza
Poco antes de comenzar la liturgia, el Papa León XIV demostró su cercanía al pueblo saliendo a la Plaza de San Pedro. A pesar de la pertinaz lluvia, unos 5,000 peregrinos se habían congregado allí, siguiendo la ceremonia a través de pantallas gigantes debido a la falta de espacio en el interior de la Basílica.
El Pontífice se dirigió a ellos con palabras de agradecimiento en inglés, su lengua materna. «La Basílica de San Pedro es muy grande, pero desafortunadamente no lo suficiente para recibirlos a todos», comentó con una sonrisa. «Los admiro y respeto profundamente, y les agradezco por su coraje y el deseo indomable de estar aquí esta noche. Que su fe sea una bendición.» Este gesto espontáneo fue recibido con una ovación y un profundo sentimiento de comunión.
Próximas celebraciones navideñas
Las celebraciones continuarán este jueves por la mañana, día de Navidad, cuando el Papa León XIV presidirá la Misa del Natalicio de Jesús. Posteriormente, desde el balcón central de la Basílica, el Papa impartirá la tradicional bendición «Urbi et Orbi» (A la ciudad y al mundo), un mensaje clave que abordará temas más amplios y de relevancia global, como es costumbre en esta fecha. La expectación es alta para conocer las reflexiones que ofrecerá el nuevo Vicario de Cristo en su primer mensaje de Navidad al mundo.
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