
El aumento de la presencia de buques militares de Estados Unidos en el Caribe, especialmente en aguas cercanas a Venezuela, ha obligado a los cárteles del narcotráfico a reorganizar sus estrategias y diversificar sus rutas para transportar cocaína. Según investigaciones de la Policía Nacional de Colombia, la DEA y el FBI, estas organizaciones criminales están creando nuevos corredores que no solo evitan la vigilancia militar, sino que también responden a un cambio en la demanda de los mercados de drogas a nivel mundial.
De Estados Unidos a Europa: El giro estratégico de los cárteles
Durante mucho tiempo, Estados Unidos fue el principal destino de la cocaína, pero la situación ha cambiado drásticamente. El viraje hacia Europa y Asia se debe, en gran parte, a la caída de la demanda de cocaína en el mercado estadounidense, donde el fentanilo se ha consolidado como la principal droga de consumo.
Mientras que en Colombia el kilo de cocaína tiene un valor aproximado de 1.500 dólares, en mercados europeos y asiáticos su precio puede dispararse hasta los 20.000 o 25.000 dólares. Este margen de ganancia hace que los riesgos de las rutas más largas valgan la pena para los narcotraficantes.
Las nuevas rutas para eludir la vigilancia
Ante la intensificación de la vigilancia en la conocida Ruta del Caribe, que conecta el norte de Colombia con Centroamérica para luego reexportar la droga a Norteamérica, los cárteles han fortalecido o reactivado otros corredores estratégicos.
Ruta del Pacífico: Embarcaciones rápidas parten del sur de Colombia para internarse en aguas internacionales rumbo a México o Centroamérica. Otra variante es cruzar por las costas del Chocó hacia Panamá.
Ruta de la Amazonía: Este corredor se ha consolidado como una vía clave para llegar a Europa y Dubái. La droga sale del Cauca, se transporta por el río Amazonas y luego al Atlántico en embarcaciones pesqueras. En este corredor, la Guardia Civil de España incautó recientemente un sumergible con casi 7 toneladas de cocaína.
Ruta de la Patagonia: Las autoridades también han detectado un trayecto más arriesgado y largo. Embarcaciones que parten de la costa colombiana descienden hasta Chile y la Patagonia, rodeando Suramérica para encontrarse en alta mar con buques que trasladan la droga a Europa. Aunque son trayectos más largos y riesgosos, a menudo son simulados como faenas de pesca.
Golpes recientes a los cárteles
A pesar de los intentos de los narcotraficantes por innovar sus rutas, las fuerzas de seguridad han logrado importantes incautaciones.
En una de las operaciones más recientes, la Guardia Costera de Estados Unidos y el FBI, en colaboración con la Dijín de Colombia, interceptaron en aguas de Puerto Rico 6,4 toneladas de clorhidrato de cocaína perteneciente al Clan del Golfo. Este golpe, junto a otras incautaciones como las 1,7 toneladas de cocaína que partieron de La Guajira, demuestran que las autoridades están atentas a los movimientos de los cárteles y continúan trabajando para desmantelar sus operaciones.
Vía El Nacional/Diario República.com



