
Autoridades estadounidenses detuvieron a 475 personas durante una redada en una planta de baterías de la automotriz surcoreana Hyundai, ubicada en el estado de Georgia, EE. UU. La operación, realizada el jueves, fue llevada a cabo por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la Oficina Federal de Investigación (FBI) y otras agencias gubernamentales.
Según informó el ICE, entre los detenidos se encuentran personas que ingresaron al país de forma irregular, otras que entraron mediante un programa de exención de visado —que prohíbe trabajar— y ciudadanos que permanecieron en Estados Unidos más allá del tiempo autorizado por sus visados. De acuerdo con The Wall Street Journal, más de 300 de los arrestados son surcoreanos.
El ICE subrayó en un comunicado que “Estados Unidos acoge de todo corazón a las empresas que deseen invertir en el país, pero si necesitan mano de obra extranjera deben contratarla de forma legal”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur expresó su preocupación por el operativo y lamentó que este pudiera afectar las actividades económicas de empresas surcoreanas en Estados Unidos, así como los derechos de sus ciudadanos. “Las actividades económicas de nuestras empresas que invierten en Estados Unidos, así como los derechos e intereses de nuestros ciudadanos, no deben verse vulnerados de manera injusta”, señaló un portavoz.
Por su parte, Hyundai aclaró que ninguno de los detenidos es empleado directo de la compañía y aseguró que mantiene un “compromiso absoluto” con el cumplimiento de las leyes y regulaciones estadounidenses. La empresa informó que revisará sus procesos internos para garantizar que todos sus socios, contratistas y subcontratistas cumplan con “los mismos altos estándares de cumplimiento legal que nos exigimos a nosotros mismos”.
Diariorepublica.com/vf



