El Gobierno brasileño reforzó este lunes la seguridad en la frontera tras el ataque de ciudadanos brasileños a campamentos de inmigrantes venezolanos en la empobrecida ciudad de Pacaraima y reiteró su negativa a cerrar el paso con Venezuela.
Unos 60 agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad, formada por personal de la Policía Federal, se desplazaron al estado amazónico de Roraima, fronterizo con Venezuela, para garantizar el orden en Pacaraima.
La ciudad, único paso fronterizo entre Venezuela y Brasil, fue escenario de incidentes violentos contra venezolanos el pasado sábado, aunque la situación ya “está tranquila”, según informaron las autoridades brasileñas.
Un grupo de residentes de esta ciudad situada al norte de Brasil expulsó a centenas de inmigrantes después de que un comerciante local fuera atracado y herido supuestamente por un grupo de venezolanos.
Vía Globocvisión/Diario República
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