
Zelenski exige paz con garantías: detener derramamiento de sangre e invasión rusa.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha depositado hoy sus esperanzas en el resultado de la trascendental reunión que se celebra en Ginebra, donde representantes de Kiev mantienen un diálogo crucial con altos cargos de Estados Unidos y emisarios de las principales naciones de la Unión Europea (UE). El mensaje de Zelenski es claro e imperativo: es vital «detener este derramamiento de sangre» y, fundamentalmente, asegurar garantías que prevengan de manera definitiva una nueva agresión por parte de Rusia.
A través de la red social X, el mandatario ucraniano confirmó que los equipos negociadores de Ucrania y EE. UU., junto con sus socios europeos, están en «estrecho contacto». «Espero sinceramente que haya un resultado», escribió, enfatizando que el objetivo primordial no es solo la cesación de las hostilidades, sino también «garantizar que la guerra nunca se reavive». Desde Kiev, Zelenski señaló que aguarda con expectación el desenlace de las conversaciones en Suiza y confió en la actitud «constructiva» de todos los participantes. «Todos necesitamos un resultado positivo», recalcó, subrayando la urgencia de la situación.
El polémico plan de paz de 28 puntos
El encuentro en la ciudad suiza tiene como telón de fondo el reciente y controvertido plan de paz de 28 puntos presentado por Estados Unidos a Zelenski el pasado jueves en Kiev. Este plan ha generado fricción, ya que fue comunicado a Ucrania sin previa consulta con los socios comunitarios europeos, quienes han manifestado su rechazo a varios de sus términos.
En su formulación actual, el plan estadounidense propone concesiones significativas que, según analistas y socios europeos, debilitarían la posición de Kiev y la seguridad del continente. Entre los puntos más delicados se encuentran la potencial entrega de la región oriental del Donbás —incluida la porción de Donetsk aún bajo control ucraniano— y el reconocimiento por parte de la comunidad internacional de la anexionada península de Crimea como territorio ruso. Adicionalmente, se contempla una reducción considerable del Ejército ucraniano, pasando de 900.000 a 600.000 soldados, y el compromiso expreso de Kiev de nunca integrarse en la OTAN.
A cambio de estas profundas cesiones, Ucrania recibiría lo que tanto Kiev como sus socios de la UE consideran garantías de seguridad ambiguas. Estas promesas han levantado escepticismo, dada la experiencia histórica. Los aliados europeos han recordado que el anterior pacto, en el que Ucrania renunció a su arsenal nuclear a cambio de las promesas rusas de pleno respeto a su integridad territorial, no fue suficiente para evitar la actual invasión.
Composición de la mesa negociadora
La delegación ucraniana en Ginebra está conformada por un equipo de nueve altos cargos, liderados por el jefe de Gabinete presidencial, Andrí Yermak, y el jefe negociador, Rustem Umérov. La contraparte estadounidense incluye al secretario de Estado, Marco Rubio, el emisario especial para la paz, Steve Witkoff, y el secretario del Ejército, Dan Driscoll. En un gesto de apoyo y cohesión con Kiev, la mesa de negociación también cuenta con la participación de asesores clave en política exterior y seguridad de Alemania, el Reino Unido y Francia.
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