Dos días después de que la Mesa de la Unidad Democrática decidiera levantarse de las mesas de diálogos de paz con el Gobierno nacional, el bloque opositor reanudará hoy las conversaciones con los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Nuncio Apostólico.
Resultados concretos exige la oposición al Gobierno, ante loque el propio presidente Nicolás Maduro responde: “No me voy a parar de la mesa del diálogo y espero que ellos tampoco se paren”.
“La MUD regresará al diálogo cuando constate hechos concretos por parte del Gobierno que señalen una verdadera disposición que contribuya a solucionar la grave crisis política, social y económica por la que atraviesa el país. De fracasar el diálogo será su responsabilidad”, respondió de manera tajante el dirigente Ramón José Medina, quien coordina la comisión de diálogo por parte de la MUD.
Medina acusa al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, de “socavar toda posibilidad de que el proceso de diálogo tenga éxito”.
Precisamente, una de las peticiones que hace la oposición es que Cabello no presida la Comisión de la Verdad.
“Nosotros queremos que el diálogo produzca resultados, pero para una situación en la cual mantengamos una apariencia no estamos disponibles”, sentenció el secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo.
Para hoy se espera que los cancilleres de Ecuador, Ricardo Patiño; de Colombia, María Ángela Holguín; y de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, lleguen al país a apaciguar las aguas entre ambos bandos políticos. El secretario general de AD, Henry Ramos Allup, dijo que en el encuentro se precisará “en qué situación está el diálogo y ver si es posible avanzar”.
A juicio del politólogo Henry Vaivads, profesor de la Universidad del Zulia, la MUD busca algún tipo de respuesta que le dé un piso político para continuar allí y el Gobierno “debería contribuir en algo para favorecer a la MUD en ese sentido. La Mesa es el elemento conciliador dentro de la oposición y debería desarrollarse una estrategia que permitiera a esa instancia catalizar nuevamente y volver a ser el interlocutor válido de ese sector. Al Gobierno no le conviene que los sectores más radicales de la derecha venezolana sean los que dirijan, desde el punto de vista político, a la oposición”.
Vaivads consideró que la MUD se encuentra en una situación difícil, por un lado, sectores internos que la presionan, y por el otro, el Gobierno los induce a participar en ese proceso pero que “hasta ahora no aparenta dar ningún resultado a favor de la oposición”.
La MUD esperaba resultados concretos en el caso del excomisario Iván Simonovis, cuyos exámenes médicos se le practicaron la semana pasada, como se acordó en la mesa de diálogo y el bloque opositor había reconocido avances al respecto.
Calixto Ortega, desde el Gobierno, opinó que “no se puede pretender establecer mecanismos de presión para obtener resultados inmediatos ante la compleja realidad del país”.
“Se trabajó y adelantaron casos muy particulares como el de Iván Simonovis, en el que ya los médicos terminaron de hacer la evaluación y deben estar presentando su informe en los próximos días. (…) Quienes creemos que el diálogo es el camino seguimos apostándole a eso y no a aniquilar las esperanzas de los familiares de quienes están tras las rejas”, señaló el diputado Edgar Zambrano.
Con el diálogo político en el congelador y dependiendo de los árbitros internacionales, el frente económico sigue activo, las reuniones siguen avanzando y Fedecámaras desapareció del radar político como actor beligerante.
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