
A pesar de la histórica y fuerte presencia del catolicismo, Venezuela experimenta un creciente pluralismo religioso y una ola de espiritualidad personalizada, especialmente entre los jóvenes. Un nuevo estudio del Centro Gumilla confirma que, aunque la mayoría de los venezolanos sigue siendo católica, la diversidad de credos está redefiniendo el panorama espiritual del país.
Hallazgos clave del estudio
La investigación, basada en una encuesta a 1.000 personas en diciembre de 2024, revela un mapa de creencias más variado:
Prevalencia católica: El 63% de los venezolanos se identifica aún como católico, reafirmando su posición mayoritaria.
Aumento de la diversidad: El 12,5% pertenece a otras denominaciones cristianas (evangélicos, entre otros).
No afiliados: Un 7% de la población no profesa ninguna religión, y el 4% se identifica como ateo.
Espiritualidad joven y personalizada: Un 2,5% practica la «espiritualidad personalizada», una tendencia creciente, especialmente entre los jóvenes de 18 a 24 años, que combinan prácticas religiosas tradicionales con terapias alternativas y creencias no institucionalizadas.
Fe inquebrantable y confianza institucional
El estudio destaca que, pese al pluralismo, la fe en Dios sigue siendo un pilar fundamental en la vida nacional:
Creencia en Dios: El 97% de los encuestados afirma creer en Dios, y más de la mitad (54%) lo percibe como un “Padre amoroso y preocupado por nosotros”.
Confianza en la Iglesia: La Iglesia católica mantiene su estatus como una de las instituciones más confiables del país, con un 47% de los venezolanos que expresa alta confianza en ella.
José Gregorio Hernández: Un símbolo de unidad espiritual
La figura de los santos venezolanos, como el recién canonizado José Gregorio Hernández, refuerza la identidad religiosa más allá de las fronteras del catolicismo.
El sacerdote jesuita Jesús María Aguirre, coordinador del estudio, señaló: «Venezuela sigue siendo católica, pero más plural. La canonización de Hernández es un símbolo que trasciende lo estrictamente católico y se convierte en un emblema de la unidad espiritual de todos los venezolanos.»
Aguirre también enfatizó que la aparente disminución de católicos no es una pérdida de fe, sino el reflejo de una mayor pluralidad y la expansión de nuevas ofertas espirituales impulsadas por la libertad religiosa.
El Reto de la adaptación para la Iglesia
El Centro Gumilla concluye que, para mantener su vínculo con las nuevas generaciones y la creciente «espiritualidad personalizada», la Iglesia deberá adaptar sus métodos de comunicación.
«No se trata de cambiar la doctrina, sino de actualizar el lenguaje con el que comunicamos la fe», concluyó Aguirre.
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