
Luto en el Folclore: Fallece Hernán Marín, Leyenda del Joropo Oriental
La madrugada de este sábado 22 de noviembre, una fecha doblemente significativa al conmemorarse el Día del Músico en Venezuela, el país despidió a uno de sus mayores íconos culturales: Hernán Marín, el máximo exponente del joropo estribillo. El «Embajador de la Música Oriental», como era conocido, falleció a los 85 años de edad, dejando un vacío irremplazable en el panorama folclórico nacional.
Oriundo de la histórica ciudad de Cumaná, estado Sucre, Marín fue un pilar de la identidad cultural de su región, siendo oficialmente declarado Patrimonio Cultural del estado Sucre. Su partida se produce tras haber sido internado en el hospital Antonio Patricio de Alcalá, luego de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) a principios de esta semana. La noticia ha generado una oleada de mensajes de condolencia por parte de artistas, cultores y seguidores en todo el territorio nacional.
Un legado de estribillos y poesía oriental
Hernán Marín dedicó más de seis décadas de su vida a la promoción y difusión del folclore venezolano, con una especial pasión por el joropo oriental y su distintivo subgénero, el estribillo. Su inconfundible voz, cargada de sentimiento y sabor a costa, dio vida a un repertorio que se convirtió en banda sonora de la venezolanidad.
Entre sus interpretaciones más emblemáticas y aclamadas se encuentran temas que trascendieron generaciones, como «Yamaray» y «Mar de mi esperanza», piezas que no solo demostraron su virtuosismo como intérprete, sino también la riqueza lírica y melódica de la música tradicional sucrense. Su talento lo llevó a ser un referente indiscutible, un maestro de la improvisación poética y del contrapunteo.
Embajador de la cultura venezolana en el mundo
Más allá de las fronteras orientales, Marín fue un auténtico embajador de la música venezolana. Su arte resonó en innumerables escenarios nacionales e internacionales, llevando el sonido del cuatro, las maracas y la bandola a públicos diversos. En cada presentación, representaba con orgullo la esencia de Venezuela, consolidando su estilo único de joropo oriental, que se distingue por su ritmo vibrante y sus letras profundas. Su figura fue crucial para que este género mantuviera su relevancia y autenticidad en un mundo musical en constante cambio.
Su reconocimiento no fue solo popular; diversas instituciones culturales y gubernamentales le otorgaron honores en vida, reconociendo su invaluable contribución a la cultura. Marín no solo fue un músico; fue un historiador oral que, a través de sus canciones, narró las vivencias, costumbres y paisajes de la costa venezolana.
El Estribillo continúa: Homenajes póstumos
Aunque el maestro Hernán Marín se ha marchado, su legado permanece vivo en la memoria de los seguidores del género, en la discografía que dejó y, fundamentalmente, en las nuevas generaciones de cultores orientales que lo citan como su principal influencia.
Se espera que en los próximos días las autoridades culturales del estado Sucre y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura organicen homenajes póstumos que estén a la altura de su figura. Estos eventos buscarán celebrar y perpetuar su extensa contribución a la cultura venezolana, su influencia en la música folclórica y su eterno espíritu. La voz de Marín se ha silenciado, pero el estribillo de su joropo oriental resonará por siempre en el corazón de Venezuela.
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