
El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, comenzó este martes 25 de noviembre a cumplir de forma definitiva la sentencia de 27 años y tres meses de cárcel impuesta por el Tribunal Supremo Federal (STF) por su participación en el intento de golpe de Estado contra la democracia de Brasil.
La decisión de iniciar la ejecución de la pena, en régimen cerrado, se produjo después de que el juez instructor del caso, Alexandre de Moraes, declarara el tránsito en juzgado de la acción penal, agotando los recursos posibles y haciendo la condena inapelable. Bolsonaro se encuentra actualmente en una sala especial de la sede central de la Policía Federal (PF) en Brasilia, donde había sido trasladado preventivamente el sábado anterior.
Ruptura de tobillera electrónica desencadena arresto
El traslado desde su prisión domiciliaria a la sede de la PF se precipitó a raíz de un intento del expresidente por violar las medidas cautelares que le habían sido impuestas. Según informaron las autoridades, Bolsonaro intentó romper la tobillera electrónica que estaba obligado a usar. En un video divulgado por la Corte Suprema, el exmandatario incluso habría confesado haber utilizado un soldador para manipular el dispositivo de rastreo, lo que motivó a De Moraes a decretar su prisión preventiva inmediata por «riesgo de fuga» y «amenaza al orden público» en vísperas del cumplimiento de su condena.
El líder ultraderechista, quien gobernó el país entre 2019 y 2022, fue condenado por la Primera Turma del STF en septiembre de 2025, siendo hallado culpable de delitos graves como Organización criminal armada y Tentativa de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho. La condena también conlleva la pena de inelegibilidad por un plazo de ocho años, lo que lo saca del juego político de cara a las elecciones de 2026.
Condenas históricas a la cúpula golpista
La orden de Moraes no solo afectó a Bolsonaro. Otros seis aliados y altos mandos militares condenados por la conspiración golpista de 2022 también fueron notificados para empezar a cumplir sus sentencias de manera inmediata, en un hecho sin precedentes en la historia reciente de Brasil: es la primera vez que militares de alto rango son encarcelados por intentar subvertir el orden democrático desde el fin de la dictadura militar (1964-1985).
Walter Braga Netto, exministro de la Casa Civil y candidato a vicepresidente en 2022, cumplirá 26 años de cárcel en la División del Ejército de la Vila Militar de Río de Janeiro.
Almir Garnier, excomandante de la Marina, sentenciado a 24 años, fue trasladado a la Estação Radio da Marinha, en Brasilia.
Anderson Torres, exministro de Justicia, condenado a 24 años, cumplirá su pena en el Complejo Penitenciario de Papuda, a las afueras de la capital.
Los generales Augusto Heleno (exministro del Gabinete de Seguridad Institucional) y Paulo Sérgio Nogueira (exministro de Defensa), sentenciados a 21 y 19 años respectivamente, fueron arrestados y trasladados al Comando Militar del Planalto en Brasilia.
Bolsonaro permanece en su sala reservada en la PF, custodiado y con visitas restringidas únicamente a sus abogados y equipo médico, mientras se llevan a cabo los exámenes clínicos oficiales previos al inicio formal de la ejecución de la pena. La Justicia brasileña busca manejar la situación con la mayor discreción posible para evitar traumas institucionales, mientras el país observa la caída de su primer expresidente condenado por intentar un golpe de Estado.
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