
El presidente electo de Chile, el ultraderechista José Antonio Kast, ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos en la región al asegurar que abordó con el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, su controversial propuesta de establecer un «corredor humanitario» para facilitar el regreso de migrantes venezolanos a su país de origen. Esta iniciativa, que busca articular una respuesta conjunta a la crisis migratoria, fue previamente discutida la semana pasada en Buenos Aires con el recién asumido mandatario argentino, Javier Milei.
Kast, quien se encuentra en una gira por varios países sudamericanos antes de asumir el poder, ofreció una rueda de prensa en un hotel de la capital ecuatoriana donde detalló los alcances de su plan. El objetivo central es doble: coordinar la salida de migrantes que residen de forma irregular en Chile, Perú y Ecuador, y presionar al Gobierno venezolano para que permita su ingreso.
«Lo que hemos planteado en esta gira es ver cómo se puede realizar un corredor humanitario para personas que están de manera irregular en Chile, Perú y Ecuador puedan volver a su patria y también solicitarle al Gobierno venezolano que abra las puertas de su frontera para que aquellas personas que quieran volver puedan hacerlo», declaró Kast.
Aunque el presidente electo chileno no reveló la respuesta específica de Daniel Noboa, sí enfatizó que existe una «conciencia compartida del problema» entre los líderes regionales, la cual, según él, está directamente «provocada por un gobernante que es ilegítimo en Venezuela», en referencia directa al presidente Nicolás Maduro. Esta mención subraya la dimensión política que Kast le otorga a la crisis migratoria, vinculándola explícitamente a la naturaleza del régimen venezolano.
Una crisis regional que exige reacción
Kast resaltó la magnitud del éxodo venezolano, estimando que más de 8 millones de personas han abandonado su país a causa de la dictadura. Subrayó que esta situación no es un problema aislado, sino una crisis continental que requiere una acción coordinada y firme.
«Es muy importante que nosotros, entre todos, veamos cómo solucionar el problema que hoy día genera una nación como Venezuela, bajo una dictadura que ha provocado que más de 8 millones de personas salgan de su patria y vayan a distintos países», añadió. Indicó que «el continente tiene que de alguna manera reaccionar a este proceso», justificando así su actual ronda de contactos con otros jefes de Estado y de Gobierno en la región para encontrar una solución.
Anticipando la gestión diplomática
Consciente de que la política exterior chilena es aún competencia del presidente en ejercicio, Gabriel Boric, Kast justificó su gira como una avanzada estratégica. Aseguró que su rol actual es el de realizar «planeamientos» y «adelantar el trabajo» para que, al momento de asumir la presidencia, ya «existan lazos y vínculos» que le faciliten la implementación de su agenda.
El concepto del corredor humanitario ha generado debate, pues si bien se presenta como una vía para el retorno voluntario, su implementación requeriría una compleja coordinación logística y una negociación directa con el Gobierno de Maduro, al que Kast y sus aliados políticos en la región han tachado de ilegítimo. La propuesta, por lo tanto, no solo es una respuesta a la crisis migratoria, sino también un nuevo intento de la derecha regional para ejercer presión coordinada sobre Caracas.
Los detalles de cómo se financiaría, organizaría y garantizaría la seguridad y la dignidad de los retornados a través de este corredor aún están pendientes de ser desarrollados, pero la inclusión del tema en su agenda de transición deja claro que será una prioridad central para la próxima administración chilena.
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