
El ambiente político hondureño se tensa aún más con la orden de captura inmediata emitida por el Fiscal General, Johel Zelaya, contra el expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022). Zelaya advirtió que el exmandatario será detenido tan pronto como regrese al país, donde es requerido por los delitos de lavado de activos y fraude.
La decisión judicial se produce pocos días después de que Hernández fuera liberado de prisión en Estados Unidos, beneficiado por un indulto otorgado por el presidente Donald Trump, quien calificó la condena del exmandatario por vínculos con el narcotráfico como «injusta.»
Persecución por Corrupción y Narcotráfico
El Fiscal General Johel Zelaya anunció la medida a través de su cuenta de X, subrayando que Honduras ha pagado «un precio demasiado alto» por las estructuras del narcotráfico y que el país sigue marcado por la corrupción y las redes criminales.
Zelaya ha solicitado a la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), a las fuerzas de seguridad y a la Interpol ejecutar la orden de arresto internacional.
Hernández, quien durante su mandato se presentó como un aliado clave de Washington, había sido extraditado y condenado en Estados Unidos por sus lazos con el narcotráfico. Tras su excarcelación, reapareció en redes sociales celebrando la intervención de Trump.
El Caos Electoral: Un Escrutinio Lento y Controvertido
La orden de captura se suma a la inestabilidad que vive el país debido al lento y controvertido proceso electoral. Honduras aún no tiene un presidente electo confirmado, ya que el escrutinio avanza con nuevas demoras causadas por fallos técnicos en el sistema contratado.
La situación ha provocado fuertes críticas de la misión de observación de la OEA y reclamos de anulación por parte del partido oficialista. Con más del 88% de las actas revisadas, el candidato Nasry Asfura mantiene una ligera ventaja con el 40,5% de los votos frente al 39,1% de Salvador Nasralla.
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