
En una alocución cargada de simbolismo y matices políticos, el presidente Nicolás Maduro se dirigió a la nación este 24 de diciembre para celebrar la Navidad, asegurando que la estabilidad y la paz interna serán las columnas que sostendrán el futuro del país. El mensaje llega en un momento de alta sensibilidad estratégica, mientras el Gobierno mantiene su denuncia sobre la presunta amenaza que representa la presencia aeronaval de Estados Unidos en aguas caribeñas.
Un llamado a la resiliencia nacional
A través de la señal de VTV y en compañía de la primera combatiente, Cilia Flores, el mandatario caracterizó el momento actual como una etapa de «renacer». Maduro reconoció que el país transita por un período de desafíos significativos, pero afirmó que las adversidades han funcionado como un catalizador para fortalecer la cohesión social.
«Venezuela vive un proceso de transformación profunda donde las dificultades solo han servido para demostrarnos de qué estamos hechos», expresó el jefe de Estado durante el mensaje televisado.
Por su parte, Cilia Flores apeló a la fraternidad global, enviando un mensaje de esperanza al asegurar que, independientemente de los obstáculos, «el bien siempre prevalecerá».
Respaldo del eje Moscú-Managua
La jornada navideña estuvo marcada por un fuerte componente diplomático. El Ejecutivo venezolano recibió muestras de solidaridad de sus aliados estratégicos, quienes cerraron filas ante la presión de Washington:
Vladímir Putin (Rusia): Extendió sus felicitaciones a Maduro, ratificando su apoyo frente a lo que describió como una «presión externa sin precedentes».
Daniel Ortega y Rosario Murillo (Nicaragua): Los copresidentes nicaragüenses enviaron mensajes de unidad, reafirmando su alianza política en medio de las tensiones regionales.
Contexto: Entre la fiesta y la alerta
A pesar del clima festivo —impulsado por el adelanto oficial de la Navidad iniciado el pasado 1 de octubre—, la cúpula gubernamental mantiene un discurso de vigilancia. La vicepresidenta Delcy Rodríguez enfatizó que el país permanece en alerta ante posibles planes de desestabilización, restando peso a los argumentos de la Casa Blanca, que justifica su despliegue militar como una operación antinarcóticos.
Mientras los ciudadanos celebran las festividades tradicionales, el tablero geopolítico sigue bajo una vigilancia extrema, con un Caracas que apuesta por la diplomacia de paz y un Washington que mantiene su flota activa en las proximidades de las costas venezolanas.
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