
El Gobierno de Venezuela ha intensificado su condena contra el presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz, por su reacción a la suspensión de la nación andina de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Caracas acusa a Paz de demostrar «ignorancia y, peor aún, desprecio hacia la historia y los valores bolivarianos» que fundaron Bolivia.
La decisión del ALBA de suspender a Bolivia se motivó por la que calificó como una conducta «proimperialista y colonialista» del inminente «Gobierno de ultraderecha». Rodrigo Paz respondió a la medida con indiferencia: «¿Qué puedo decir? ¿Cómo funciona (la) ALBA? No tengo ni idea, no sé si ganamos algo con el ALBA. Me tiene sin cuidado lo que pueda decir el ALBA».
El canciller venezolano, Yván Gil, no tardó en replicar, afirmando que la «ligereza» de las palabras de Paz «solo confirma su desconexión con el pueblo y su alineamiento con los intereses de las élites que siempre traicionaron a Bolivia».
Gil fue directo al señalar la postura política de Paz: «Usted representa a las élites que quieren convertir a Bolivia en una colonia y no podrá, no trate de engañar, usted los representa. Su posición es claramente antibolivariana, antilatinoamericana, proimperialista y procolonial», sentenció el diplomático.
El canciller también criticó el discurso de Paz como «negacionista» y una «ofensa a la memoria histórica de Bolivia y a la lucha de los pueblos aymara, quechua y guaraní, que nunca se arrodillaron ante ningún imperio».
«Desde Venezuela lo decimos con claridad: el ALBA es solidaridad, soberanía y dignidad. Con los pueblos siempre; con los que se entregan al tutelaje de Estados Unidos, jamás», concluyó Gil, reafirmando el espíritu del bloque.
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