“¡Los afiches de Chávez… Chávez, corazón del pueblo!”, va vociferando Antonio Hernández por la esquina de la Iglesia Santa Bárbara de Maracaibo, en la calle 99 del casco central, cargado de cintas, boinas y carteles con una imagen sonriente del fallecido líder. “Ahora no estoy gritando los precios, porque el Comandante no se vende, lo que vendemos es simplemente un recuerdo de él”, advierte el comerciante casi susurrando.
Mientras hace su trabajo entabla varias discusiones con los transeúntes. No es solo un buhonero; habla de la Constitución, de la construcción del socialismo, mientras vende gorras, franelas, calcomanías, llaveros y cualquier otro suvenir alusivo a quien durante 14 años gobernó Venezuela. Caminando hacia la Plaza Bolívar ya baja el tono. Silencia sus pregones, en señal de respeto a los actos.
Diagonal a la efigie del Libertador Simón Bolívar está una gigantografía con la imagen de Hugo Rafael, flanqueada por un raudal de ofrendas florales. Están las coronas de la Gobernación del Zulia, de organismos nacionales como Hidrolago, del Ministerio Público, de entes internacionales, entre estos diversas embajadas.
Pero también están los humildes ramos que vendió Armando López. “La gente viene a ponerle flores al Comandante Presidente, yo vendo flores en los semáforos y me dijeron que aquí podía rebuscarme. No es que a uno no le duela que se haya muerto, sino que hay que buscar la papa, creo que no le estoy haciendo daño a nadie”, comenta con suspicacia, ante las preguntas sobre su trabajo.
En la esquina del Palacio Legislativo se encuentran Antonio y Armando. Se les suma Wilman Pérez, quien comenta: “Hoy he vendido más que ayer. ¿Cómo les va a ustedes, compadritos?”. Todos concuerdan en que ninguna otra mercadería les ha producido tantos dividendos como en esta ocasión lo ha hecho la partida del Presidente.
“Cuando se murió Michael Jackson vendí franelas, cd’s, cintas pa’ la cabeza , y me fue bien, pero esto es otra cosa”, cuenta Hernández. López lo interrumpe y le recrimina: “¿Cómo vais a comparar a Michael Jackson con Chávez? ¡Estamos hablando de un líder mundial, chico! Solamente a vos se te ocurre salir con eso, caminá pa allá”.
Lentamente se mueven hacia el edificio de la Alcaldía. En el camino varias personas los detienen, les compran un calendario, varias fotos de Chávez con sus hijas y un afiche donde se leen varias frases memorables del líder.
Ellos reconocen que el mandatario se convirtió en un «símbolo». Por eso, «todos quieren llevar algo de él». Es una especie de marca que los buhoneros le entregan a los zulianos y venezolanos.
Hiram Aguilar Espina/Fotos: Eduardo Galbán