Rafael Urdaneta, uno de los próceres que recorrió todo el territorio nacional luchando por la independencia, nació en Maracaibo Estado Zulia, el 24 de octubre de 1788, fue hijo de Miguel Jerónimo Urdaneta Berranechea y de María Alejandrina Farías Troconis de Urdaneta, ambos descendientes de españoles.
Durante los primeros años de su vida estudió en Maracaibo, luego en Caracas realizó estudios de latinidad, posteriormente retornó a su tierra natal, en donde estudió filosofía en el convento de franciscanos.
Urdaneta era un intelectual, lo que lo llevó a viajar a Santa Fe de Bogotá en 1804, cuando apenas tenía 16 años de edad, con su tío Martín de Urdaneta y Troconis, quien se desempeñaba como contador mayor del Tribunal de Cuentas en la región.
En Bogotá estudió en el Colegio de San Bartolomé y por su responsabilidad y honradez por los pagos a las tropas del Virreinato de la Nueva Granada fue nombrado oficial 3ro del Tribunal, en donde también adquirió experiencia en la administración de personal militar.
El 20 de julio de 1810 se incorporó al movimiento revolucionario que estalló en Santa Fe. En 1811, con el grado de teniente, bajo las órdenes del capitán Antonio Baraya, hizo la campaña del sur de Nueva Granada y estuvo en la batalla del Bajo Palacé (28 marzo) contra las fuerzas del coronel Miguel Tacón.
El 12 de octubre de ese año ascendió a capitán. En marzo de 1812 salió de Santa Fe como integrante de una fuerza que, bajo el mando de Baraya, debía operar en Tunja. El 24 de mayo del mismo año, con Baraya y sus oficiales firmó el Acta de Sogamoso, por la cual desconocían la autoridad de Antonio Nariño (precursor de la emancipación de las colonias americanas del Imperio español).
La lealtad de Urdaneta al Proyecto Bolivariano lo llevó a participar en innumerables batallas, entre las cuales destacan la retirada hacia la frontera en 1814, la toma de su ciudad natal, Maracaibo, en 1821 y la marcha hacia San Carlos, previa a la batalla de Carabobo, en la cual no pudo participar por órdenes de Bolívar, dado el grado de agotamiento de sus tropas. Sin embargo, por los servicios prestados, Bolívar pidió su ascenso a General en Jefe.
Su proeza puede resumirse en 11 años continuos de campañas militares en los cuales libró 20 batallas campales, sostuvo 9 sitios, 2 asaltos a fortalezas y actuó en más de cien encuentros
La brillante actuación de Urdaneta durante la Campaña Admirable, le fue suficiente a Bolívar para que lo definiera como “el más constante y sereno Oficial del Ejército”. Ascendido con el grado de general de brigada por el Libertador y la orden de tomar el mando de las fuerzas que obrarían sobre Occidente y Coro, le tocó con Bolívar, sufrir la Ruta de Barquisimeto, pero reuniendo los dispersos grupos, obtuvo el desquite en la memorable y sangrienta Batalla de Araure.
Su proeza puede resumirse en 11 años continuos de campañas militares en los cuales libró 20 batallas campales, sostuvo 9 sitios, 2 asaltos a fortalezas y actuó en más de cien encuentros, entre los que destacan: Niquitao, Taguanes, Bárbula, Las Trincheras, Barquisimeto, Araure, la primera Carabobo, Camoruco, El Yagual, Achaguas, Semén, Maturín, el Morro de Barcelona, y decenas más de acciones bélicas le vieron impasible frente al enemigo, con aquel coraje sereno e inquebrantable que fue su característica.
Su gloria fue el legado de honestidad y entrega a la patria, su nombre ha sido inmortalizado en diversidad de Ordenes y condecoraciones, además de Plazas, Universidades, Escuelas, Puentes, autopistas, Museos, Plantas Hidroeléctricas, Barrios, Urbanizaciones, Calles y Avenidas, Asociaciones, Puertos, Hospitales, Parcelamientos, Cooperativas, Promociones varias, entre muchas.
El último presidente de la Gran Colombia
Urdaneta intentó salvar la obra del Libertador, tomó el mando del gobierno de la Gran Colombia el 5 de septiembre de 1830, tras el derrocamiento de Joaquín Mosquera, sucesor de Bolívar. Se convirtió en el último presidente de la Gran Colombia.
El 23 de agosto de 1845, quien luchó por preservar la independencia de la República, murió en París, a la edad de 57 años víctima de una enfermedad. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 16 de mayo de 1876.
Agencias